En medio del olor a cempasúchil, el sabor del pan de muerto y la luz de las velas, los recuerdos encienden y con ellos llegan los versos de aquellos poetas queretanos que ya han partido.
Las palabras y vida de Francisco Cervantes, Hugo Gutiérrez Vega, Salvador Alcocer, Humberto Carreón Hurtado, Paula de Allende, José Luis Sierra, María Teresa Azuara, José Luis de la Julio César Cervantes, Tarsicio García Oliva y Luis Alberto Arellano son evocadas en la reciente publicación de Herring Publishers “Welcome to hell welcome to paradaise”, además del altar de muertos municipal de este año en el que se suman a la lista Ignacio Padilla y Julio Castillo.
A lo largo de una semana, discípulos, amigos y colegas de los poetas fueron homenajeados en el marco del Encuentro de niños y jóvenes lectores; Martha Favila, Rafa Volta, Rocío G. Benítez, Paloma Guzmán, Gabriel Vega Real, Guillermo Hidalgo y Gabriela Aguirre, participaron en el marco de esta presentación antológica a cargo de Oliver Herring y Tadeus Argüello.
Más allá de rememorar a estos creadores, es recordar a todo un movimiento literario cuyo antecedente se remonta a la década de los setentas y que en medio de peripecias y cambios, han dejado una semilla que hoy en día a florecido en premios nacionales y el surgimiento de nuevos poetas.
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El parteaguas de la literatura contemporánea y queretana
Hoy en día, diferentes colectivos y grupos de creadores dejan entre ver la existencia de una generación numerosa de creadores literarios tanto en la poesía como en la narrativa; sin embargo, en el Querétaro de la década de los setentas y principios de los ochentas, recuerda la escritora Martha Favila no era así.
Dos personajes se convirtieron en el parteaguas de la literatura local: Salvador Alcocer y Francisco Cervantes. “Esa es una generación completa. Ellos marcan lo contemporáneo en la literatura local”, señala la poeta.
Al momento de que Cervantes emigra y desarrolla su creación principalmente en la Ciudad de México y Portugal, hasta su regreso en sus últimos años donde desarrolló algunos talleres, se convierte Chava Flores en el impulsor de una generación de escritores durante ese tiempo de ausencia.
“Chava Alcocer digamos que es el héroe de las letras porque siempre vivió aquí. Él sacrificó la fama a lo mejor por miedo de irse de la ciudad”, agrega Martha Favila.
Fue hasta la década de los ochentas que fue el boom de la cultura en México y Querétaro no fue la excepción. Gran parte de la infraestructura que se tiene hoy en día tiene sus orígenes en esa época: la Red Estatal de Bibliotecas, Casa de Cultura, entre otros; pero también desapareció mucha infraestructura como el Centro Queretano de Escritores.
Fue 1983 que se inauguró este espacio como que funcionaba como una asociación civil a la que el gobierno estatal le dijo “fíjate aquí y promueve la creación literaria porque no había escritores ni talleres en Querétaro”.
Recuerda Favila, actual promotora del encuentro de escritoras “Lumbre entre las hojas”, que fue a partir de este acercamiento que creadores, tal y cómo ella, tuvieron oportunidad de tener un contacto y aprendizaje de la mano de escritores consagrados.
“Antes, ellos no tuvieron la guía que nosotros en talleres literarios. Digamos que Chava y Florentino Chávez se tallereaban. El centro se crea para eso, no había subsidio, pero siempre teníamos la oportunidad de convivir y aprender de grandes escritores. Con nuestra generación comienza una tradición en todo, fuimos los pioneros del mundo editorial en Querétaro. El primer premio que cayó aquí para una editorial en Querétaro fue para El hechicero, eso a nosotros nos nutrió muchísimo”, agrega.
Durante esta misma década y a raíz de la publicación de “Asamblea de poetas jóvenes de México”, fue evidente el crecimiento de poetas en el país, la participación queretana no fue numerosa, sin embargo significó el inicio de un diálogo con otras regiones.
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El legado de las letras
A lo largo de casi cuatro décadas, ha sido un esfuerzo loable de los escritores por generar talleres e instituciones que contribuyan a la profesionalización del escritor, con lo que dejan cimientos en los estudiantes; sin embargo, su legado más importante lo dejan en sus versos, los cuales luchan hoy en día por ser leídos por nuevas generaciones.
“Entiendo que los jóvenes autores tengan acercamiento a jóvenes autores, por la forma y acercamiento que hay con las redes sociales; pero que bueno que se trabajó en una plaquette que reúne a los escritores y se convierta en algo de cabecera para iniciarse y empezar a investigar”, destacó la poeta Rocío Benítez.
Es en este sentido que a través de “Welcome to hell welcome to paradaise”, busca acercarse a un público nuevo y mantener vigente este legado que forjó una tradición literaria. Rafael Volta, uno de los estudiantes de Luis Alberto Arellano, señala que esta plaqueta es una ventana par a conocer a los autores locales, dialogar con ellos y aprender de ellos.
“La intención de esta selección es que no estos poemas dialoguen con los imaginarios actuales y que las nuevas generaciones de poetas y lectores participen de un legado vasto de literatura (…) Esto no es antología en sentido estricto de la palabra que no hace justicia alguna a la cantidad de trabajo dejado por los escritores. Es una mínima muestra, un índice o una guía para adentrarse a las publicaciones que hay detrás. El reconocimiento de estos poetas nos permite festejar una ciudad de tradición literaria”, refiere el editor de la publicación en su nota.
