Coda es la más reciente película de Sian Heder, escritora y cineasta estadunidense a quien recordamos en algunos episodios de Orange is the new black (2013 – 2015) y por el guion de la serie Little America (2020) que se transmite por Apple +.
Con Coda, su estreno como directora de largometraje, Sian Herder ofrece un trabajo destacado que le ha merecido dos nominaciones a los SAG (mejor actor de reparto y de un elenco), los BAFTA (mejor guion adaptado, mejor actriz y mejor actor de reparto) y para los Oscars (mejor guion adaptado, mejor actor de reparto y mejor película). Como nota al margen, recuérdese que en este espacio no nos tomamos muy en cuenta a esa fiesta de alcohol y estrellas conocida como Golden Globes*.
La historia se desarrolla en Gloucester, Massachusetts, donde Ruby Rossi (Emilia Jones), es la única integrante oyente de su familia; sus padres Jackie (Marlee Matlin) y Frank Rossi (Try Kotsur), y su hermano mayor Leo Rossi (Daniel Durant) son sordos. Ruby es una parte fundamental en el negocio pesquero familiar, tanto así que planea dedicarse a éste de tiempo completo después de terminar la preparatoria, en donde, por cierto, sufre burlas y hostigamientos por su origen familiar y por su trabajo en la pesca.
De manera ociosa, Ruby se registra para audicionar para el coro de la escuela, dirigido por Bernardo Villalobos (Eugenio Derbez), un estricto profesor de música conocido como Mr. V.
Coda es un remake de La famille Bélier (2014) con guion original escrito por Victoria Bedos, cineasta, actriz y cantante francesa, que, a diferencia de la original, destaca porque los actores sordos realmente son sordos. Sin caer en el melodrama facilón, la trama se centra en la aspiración de la protagonista y su amor por la música, sin sacrificar la trama secundaria que, en lugar de ofrecernos a la pérdida de audición como una tragedia, sirve como un relato paralelo de superación y estoicismo. En ambas historias subyace el mensaje de la superación personal y familiar, lo que la convierte en un relato ameno y atractivo, sin recurrir a la moraleja. A estas historias de superación podríamos agregar el sorprendente trabajo de Eugenio Derbez quien finalmente recuerda que sabe actuar. Con Mr. V, Derbez nos entrega un personaje bien ejecutado, sin aspavientos ridículos ni sobreactuaciones innecesarias, aunque no le fue suficiente para llamar la atención de la crítica.
Coda es una gran idea ejecutada de manera ecuánime y sutil en los terrenos del melodrama, un relato familiar que comparte un mensaje honesto de disciplina, constancia, superación y lucha. En tiempos en donde aún prevalecen los discursos demagógicos de las vocaciones ofendidas, Coda opta por la rivalización de la excelencia y el entusiasmo en lugar de claudicar a la exhibición de las desdichas. Quizás Troy Kotsur se alce con la estatuilla a “Mejor actor de reparto”, más por su estupendo papel que por su condición de sordo, aunque sería la única sorpresa, tomando en cuenta que en la categoría de “Mejor guion de reparto” Coda compite contra Drive my car, basada en un relato corto de Haruki Murakami de su colección de cuentos de 2014, Hombres sin mujeres; y contra El poder del perro, basada en el libro homónimo de Thomas Savage, un formidable western publicado originalmente en 1967.