Con palas y picos, cerca de 500 mujeres salen al desierto de Sinaloa a buscar a sus hijos bajo la tierra. Llevan ocho años haciendo esto ante la falta de respuesta del gobierno mexicano, la corrupción y la indiferencia social; hoy el país las conoce como Las Rastreadoras de El Fuerte.
Su historia es retratada en Te nombré en el silencio (2021), un documental dirigido por José María Espinosa (Culiacán, 1989), que se estrenó en el país el 12 de mayo, y el 1 y 2 de junio por fin llegará a Querétaro a través de la Cineteca Rosalío Solano.
En entrevista con Diario de Querétaro, José María Espinosa habla de lo que implicó realizar este proyecto en un país donde existen más de 100 mil desparecidos –de acuerdo con las últimas cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas–. Y asevera que la cinta muestra una narrativa que no revictimiza a las personas desaparecidas y sus familiares.
El filme sigue el día a día de este grupo creado el 14 de julio del 2014 por Mirna Nereyda, después de que desapareciera su hijo Roberto Corrales; muestra los momentos más difíciles de las búsquedas, pero también los instantes más felices de las madres.
¿Cómo empezó este proyecto documental?
Comenzó con un cortometraje sobre la normalización de la violencia en Culiacán (Sinaloa). Y haciendo investigación para ese proyecto, platicamos con activistas, periodistas y diferentes víctimas. Así fue como conocimos a Mirna (Nereyda) quien terminó siendo el eje del documental. Al hacer la entrevista me quedé patinando emocionalmente unos días y reflexionando si era suficiente cinco o seis minutos dentro de un cortometraje documental para abordar esta temática. Decidí que no, que necesitábamos un proyecto de largo aliento que realmente mostrara los matices de la situación. Se lo propuse a Mirna y así fue como comenzó Te nombré en el silencio.
Desde tu experiencia como documentalista, y considerando los niveles de violencia en el país hacia los periodistas y activistas, ¿cómo fue para ti realizar este trabajo documental, en términos de seguridad?
Fue bastante complicado. Sabemos a qué nos enfrentamos cuando hacemos este tipo de documentales y al peligro al que se enfrentan ellas todos los días. Desde el inicio se planeó incluirnos en el mecanismo de protección para mantener a salvo al crew, pero obviamente hubieron percances en la búsqueda. En una ocasión que estábamos buscando en un predio abandonado, se nos tiraron balazos como advertencia; hubo también persecuciones… pero de alguna manera era lo que ya esperábamos de un rodaje así. Sin embargo, la valentía siempre es de ellas, nosotros solo fuimos a trabajar unos meses; ellas se enfrentan a estos obstáculos día con día. La resiliencia y la valentía está de lado de la rastreadora.
Has señalado en otras entrevistas que buscaste darle un giro a la manera en que son retratadas las madres que buscan a sus hijos desaparecidos en el país.
¿Cuál es el prejuicio que existe sobre una víctima en México?, que es una víctima abnegada, que ve todo a través de un velo negro, que está llorosa y cabizbaja, es lo que se imagina mucha gente. Y lo que encontramos son mujeres con dualidad, que cargan con este peso gigantesco, con esta pérdida; pero también con unas ganas de vivir, de seguir riendo, seguir bailando y continuar con sus vidas, que creo que no se había presentado dentro de las visiones del cine.
En los últimos años, documentalistas se han aproximado a la ficción. En tu caso, como director que se ha movido en el terreno de la ficción, ¿qué representó hacer este documental? ¿echaste mano de algunos recursos de aquél género hacerlo?
Vengo de la ficción, vengo de escribir mis propios guiones y de dirigirlos. Y de alguna manera eso se trasladó también a este proyecto. Ficcionamos algunas cosas, algunas representaciones de los desaparecidos, cosas que nos parecían importante hacerles un ahínco, un acento… pero curiosamente no terminaron dentro de la película. La realidad que encontramos era lo suficientemente fuerte y sustancial como para dejar esto afuera, y concentrarnos en la vida de ellas (…) Se filmó pero decidimos no meterlo, y yo creo que lo vamos a adaptar a un pequeño cortometraje experimental.
¿Has tenido obstáculos para llevar este documental a las salas de cine en el país?
El obstáculo más grande fue la falta de oportunidades. No somos, primero, una película ni de Derbez ni de Martha Higareda con todo ese arrastre social, y segundo, las cadenas nacionales están totalmente inclinadas a favorecer a “las grandes películas”. Ahorita estamos compitiendo con la nueva película de Tom Cruise y la nueva película de Marvel. No hemos establecido, desde el TLC (Tratado de Libre Comercio), políticas públicas adecuadas, como en Francia que tienen el 30% de las pantallas sí o sí para proteger al cine nacional (…) Habría que hacer un llamado a nuestros gobernantes para proteger nuestro patrimonio cultural también.
¿Cuál es el objetivo de la productora Cinema del Norte?
Llevamos aproximadamente cinco años, desde Culiacán, operando con Cinema del Norte. Lo que tratamos justamente es de descentralizar la mirada del cine, sabemos que las oportunidades y la mayoría de las películas que vemos están enfocadas en una sensibilidad chilangocentrista, y lo que queremos hacer es ampliar la paleta de sensibilidades para mostrar la verdadera riqueza del cine y de nosotros como mexicanos.
Te nombré en el silencio llegará a la Cineteca Rosalío Solano el 1 y 2 de junio. Se podrá ver a las 17:00 y 20:00 horas. La entrada es libre.
