El sacrificio de Isaac. Más allá del mito

Vitral

Alfonso Franco Tiscareño | Colaborador Diario de Querétaro

  · miércoles 31 de marzo de 2021

Me pregunto en verdad porqué un autor crítico como Antonio Escohotado se toma de manera literal el relato bíblico acerca de Abraham cuando se apresta a sacrificar a su hijo, por petición de Dios. Como hemos leído en la Biblia Abraham de 100 años y su esposa Sarah de 90 tuvieron un hijo a esa edad al que llamaron Isaac (risa). De pronto, Dios pide a Abraham que le sacrifique a su hijo en un altar construido a propósito en el monte Moriá. Su único hijo, el que había logrado tener cuando toda esperanza estaba ya perdida, su máximo tesoro en la tierra y ahora Dios le pide que lo sacrifique como si fuera un cordero para el holocausto. Sin embargo, aunque lleno de dolor, Abraham obedece la orden de Dios y prepara todo para el sacrificio. En el último momento, y ya con el cuchillo a punto de caer sobre la víctima, un ángel del Señor lo detiene diciendo: “No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios”.

Es bien sabido que la Biblia tiene varios niveles de lectura: la literal, la metafórica y la espiritual. En lo metafórico es en donde podemos encontrar las grandes enseñanzas que se ocultan bajo la forma de mitos o relatos aparentemente descabellados. En el caso de Abraham la interpretación aceptada es que se trata de una enseñanza acerca de la fe y la confianza absoluta en Dios, en la vida. Muchas veces, por más irracional que parezca, la vida nos puede colocar en situaciones en las que uno dice “no es posible que la vida me esté poniendo en este trance, o que me esté pidiendo esto”. Sin embargo, las circunstancias nos permiten ver que de toda situación es factible sacar un aprendizaje, y que hay que tener confianza, que podemos sacrificar lo que más amamos, ya sea por voluntad propia o por una exigencia del momento, y aún así, siempre habrá nuevas posibilidades a pesar de las dificultades más amargas. Dice el dicho: no hay mal que por bien no venga.

No me explico porqué un hombre como Escohotado se queda anclado únicamente en la interpretación literal de la historia de un Abraham fanático, sometido a un Dios celoso, injusto. Creo que la interpretación pudiera ser mucho más rica tomándola como un mito. Claro, no es sólo Antonio Escohotado. Esta interpretación literal generalmente se da en todas las religiones judeo-cristianas. Hay situaciones en las que sin duda la interpretación literal es correcta y quizá la única, pero hay que dilucidar con un criterio muy fino, diferente, cuando se requiere una interpretación metafórica o espiritual, ya que estos textos tomados solamente en su vertiente literal resultan en interpretaciones dogmáticas y desastrosas.

Ya Joseph Campbell y Patrick Harpur, entre otros autores especialistas en mitos, han abordado críticamente este punto de vista tan limitado. Señala Harpur en el El fuego secreto de los filósofos (Ed. Atalanta): “La psicología analítica nos ha enseñado que los mitos son las historias del alma. Si queremos comprender la psique occidental, tenemos que estudiar sus mitos… esto no significa que tengamos que creer en ellos (en los dioses) como personas literales.

Cada dios “es una forma de existencia, una actitud hacia la vida y un conjunto de ideas… (p. 122) Como nos recuerda Rodney Needham el mito <refleja la historia, proporciona un estatuto social, encarna una metafísica, responde a fenómenos naturales, expresa verdades perennes, hace frente al cambio histórico … Jung pensaba que eran revelaciones del inconsciente colectivo (p.126) … Los mitos son plantillas imaginativas que, al colocarse sobre el mundo, le dan un sentido. No podemos pensar si ellos porque proporcionan, en primer lugar, las estructuras que determinan la manera en que pensamos… Si hay algún propósito global en a mitología, recordemos, es el intento, nunca del todo realizado, de reunir Cielo y Tierra (p.232) (Los mitos son) una necesidad central para el cambio psíquico (p.411)

El mito es fundacional, da estructura, carácter, espina dorsal a los pueblos. Una historia como la de Abraham puede ser interpretada de múltiples maneras, pero una de las más acertadas está en tomarla como un relato que encierra una enseñanza profunda que va mucho más allá de lo literal.

Y no hay nada ofensivo o denigrante al aceptar que la historia de Abraham y su hijo sea una mera metáfora mítica, al contrario, esto permitirá extraer con más tino todas las enseñanzas que guarda. Recodemos que los mitos tiene una función: “Joseph Campbell (lo señala en) su obra The Masks of God: Creative Mythology (Las máscaras de dios: mitología creativa)

1.La función metafísica: despertar un sentido de asombro ante el misterio del ser

Según Campbell, los misterios absolutos de la vida no pueden ser capturados directamente en palabras o imágenes. Los mitos son "declaraciones del ser" y la experiencia de este misterio sólo se puede obtener a través de una participación en rituales míticos o de la contemplación de símbolos míticos que señalan más allá de sí mismos.

2.La función cosmológica: explicación de la forma del universo

El mito también funciona como una proto-ciencia, proporcionando al mundo observable (físico) un acuerdo con los significados metafísicos y psicológicos prestados por las otras funciones de la mitología.

3.La función sociológica: validar y apoyar el orden social existente

Las sociedades antiguas tenían que ajustarse a un orden social existente para sobrevivir … La mitología confirmó ese orden y lo hizo cumplir reflejándolo en las historias mismas, describiendo a menudo cómo llegó el orden de la intervención divina.

4. La función psicológica: guía del individuo a través de las etapas de la vida

Cuando una persona pasa por la vida encuentra muchos desafíos psicológicos. El mito puede servir como una guía para el paso exitoso a través de las etapas de la vida. Por ejemplo, las culturas más antiguas utilizan los ritos de paso como una prueba adolescente a la etapa adulta.”

Todo mito oculta grandes enseñanzas, hay que profundizar para descubrirlas.


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