/ miércoles 6 de julio de 2022

Un viaje a las profundidades del silencio

Adriana Stehle se adentra en un mar al óleo a través de diferentes tonalidades y oleajes, en las que reflexiona sobre la soledad, la paz y el autoconocimiento

En una de las salas del Museo de la Ciudad yace actualmente una colección plástica donde abunda el azul en difentes tonalidades. Se trata de la exposición de Adriana Stehle, artista plástica que, por primera vez en su carrea, expone de manera individual y lo hace con una serie de 13 piezas llamada Azul Nostalgia; poco hay que explicar sobre el concepto, pues el título lo dice casi todo.

En dichos cuadros de gran formato, pintados al óleo, Adriana plasmó el oleaje de distintos mares, sobre todo del mar de Mazatlán y Cancún. En algunas obras se aprecia un mar picado y oscuro y en otras las ondas suaves de un mar más profundo y apacible. Se llama Azul Nostalgia no sólo para referirse a este inmenso cuerpo de agua, sino también por los recuerdos que se viven al apreciar cada una de estas piezas.

A decir de la autora, la colección representa momentos exactos de plena soledad y busca llegar a lo más profundo del sentir humano para poder transformar la oscura soledad en un momento de reflexión y paz. Sus miedos más profundos los decide transformar en dicha y contemplación del silencio y así encontrarse a ella misma.

“Representa momentos breves, que nunca volverán a ser; de pleno romanticismo basado en el sentimiento. Volteando la mirada hacia el interior, expone lo que siente en su realidad más íntima”, se lee en el texto de sala.

Adriana Stehle considera que cada una de sus piezas son autorretratos, pues aunque ella no aparezca visualmente en el encuadre, sí reconoce que su esencia está ahí, presente en cada pincelada.

“Aunque no me vea yo estoy en estas pinturas, aquí están mis miedos, mis pensamientos, mi soledad, creo que en la soledad es cuando más nos conocemos, llegamos a lo más profundo de nosotros mismos. Por eso te paras frente a una de estas piezas y estás completamente solo”.

Esta es la primera vez que Adriana expone de manera individual, antes de esto había formado parte de múltiples exposiciones colectivas, mostrando trabajos similares, sobre naturaleza con técnicas de óleo y acuarela.

Azul Nostalgia es también su trabajo más reciente, pues todas las piezas las creó en los primeros cinco meses del 2022.

Algunos de los mares que aparecen en sus cuadros fueron vistos por Adriana en algún viaje o vacaciones en familia, otros tantos son imaginados, creados en su mente para después plasmarlos en el lienzo.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

Miedo al mar

La inspiración para pintar Azul nostalgia también tiene un origen muy emocional; pues de hecho Adriana Stehle tenía fobia al mar. La artista reconoce que este miedo la ha acompañado desde que era niña, y surgió tal vez, desde aquel incidente en el que casi se ahoga y fue rescatada por su hermano, no lo sabe con certeza; pero sí reiteró que en cierto modo la pintura la salvó del miedo y la ansiedad que sentía al ver el cuerpo de agua, incluso en fotografías; pues al ver fijamente al mar y después encapsularlo en una pieza al óleo, pudo al fin superar dicha fobia.

“Yo empecé a pintar el mar por miedo, le tenía fobia, yo no quería que se quedara esa fobia, quería transformarla en belleza, la pieza El mar es mi refugio, fue la primera vez que me atreví a hacer snorkel y lo logré; nadé con mantarrayas, superé ese ataque de ansiedad que siempre me daba y fue una experiencia increíble, esa experiencia me inspiró a crear la primera pieza de esta serie”.

“Este sentimiento de miedo al mar lo tengo desde niña, en mi mente tengo un recuerdo tal vez mucho más feo de lo que fue, pero casi me ahogo, casi me lleva el mar y mi hermano fue quien me salvó, yo tenía ocho años, desde ese entonces esa experiencia cambió para mí. Una mezcla de emociones se arremolinaban porque quería estar ahí, en el mar, y al mismo tiempo me daba miedo, hasta las fotos de mares me costaba trabajo verlas. Pintar el mar cambió mi experiencia por completo”.

Algunos de los títulos de las piezas son: Una vez te soñé, Profunda soledad, Melancolía en tu abrazo, Mujer Naufraga, El mar es mi refugio, La hora en que el mar se lo llevó y En silencio. Cada pieza evoca un recuerdo de Adriana, aunque no precisamente vivido frente al mar.

“El mar de la pieza Silencio para mí es el más fuerte, emocionalmente hablando, porque es un mar oscuro en el que en cualquier segundo te puedes perder; te da la idea de que va a empezar a llover y entonces todo se va a volver más gris, más oscuro. En ese momento es cuando debes decidir entre nadar y salvarte, o dejarte ir; es ese momento exacto y muy breve en donde decides qué va a pasar en tu vida.

El día en que el mar se lo llevó es una imagen que vi en Mazatlán, un pequeño barquito solo en mar abierto; yo vi eso y dije ‘algo pasó’, inmediatamente te imaginas muchas historias, te preguntas si alguien está cerca pescando o lo abandonaron aquí. Ya cuando lo estaba pintando me recordó también a la muerte de mi papá, porque la forma del barquito me recordaba también a la forma de un ataúd y al momento en que él se fue”.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

Resaltan en esta colección dos pinturas de naturaleza muerta en las que se aprecia un florero con flores a punto de marchitarse, ambas piezas dedicadas a sus dos hijos; llevan por nombre Para ti, mi pequeño y Pensé que te perdía.

La artista plástica reconoce que la pintura siempre ha estado presente en su vida, y que en muchos sentidos ha sido un canal para superar también situaciones complejas en el ámbito personal; por lo que no tiene planes de dejar su carrera como pintora, y ya visualiza sus próximos proyectos.

Después de Azul Nostalgia, Adriana piensa seguir pintando con esta misma temática, sobre la naturaleza y las reflexiones que nos provoca. En un corto o mediano plazo le gustaría adentrarse en el mundo de los bosques y las montañas.

“Quiero empezar a pintar el bosque, seguir con esta idea de estar completamente solo y reflexionar, esta vez no empezará por una fobia, pero sí implica también estar solo frente a algo inmenso que desconocemos y nos hace reflexionar sobre cómo ser mejores, ver algo de manera diferente. Lo que más me interesa es transmitir paz; aunque todo empieza por un sentimiento de duelo, miedo, tristeza, transformarlo en paz”.

Desde el día de la exposición, siete de estas piezas se vendieron, el resto aún está a la venta y los interesados pueden contactarse con la artista al número 44 21 09 27 29.

“Lo que más me importa es tener comunicación con el espectador, seguido vengo al museo a ver este libro de visitas y ver los comentarios de las personas; es muy grato ver que ha gustado mucho, leer lo que les provoca y lo que les hace sentir ver mis pinturas”.

La exposición de Adriana Stehle, Azul Nostalgia, permanecerá en el Museo de la Ciudad hasta el 31 de julio.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

En una de las salas del Museo de la Ciudad yace actualmente una colección plástica donde abunda el azul en difentes tonalidades. Se trata de la exposición de Adriana Stehle, artista plástica que, por primera vez en su carrea, expone de manera individual y lo hace con una serie de 13 piezas llamada Azul Nostalgia; poco hay que explicar sobre el concepto, pues el título lo dice casi todo.

En dichos cuadros de gran formato, pintados al óleo, Adriana plasmó el oleaje de distintos mares, sobre todo del mar de Mazatlán y Cancún. En algunas obras se aprecia un mar picado y oscuro y en otras las ondas suaves de un mar más profundo y apacible. Se llama Azul Nostalgia no sólo para referirse a este inmenso cuerpo de agua, sino también por los recuerdos que se viven al apreciar cada una de estas piezas.

A decir de la autora, la colección representa momentos exactos de plena soledad y busca llegar a lo más profundo del sentir humano para poder transformar la oscura soledad en un momento de reflexión y paz. Sus miedos más profundos los decide transformar en dicha y contemplación del silencio y así encontrarse a ella misma.

“Representa momentos breves, que nunca volverán a ser; de pleno romanticismo basado en el sentimiento. Volteando la mirada hacia el interior, expone lo que siente en su realidad más íntima”, se lee en el texto de sala.

Adriana Stehle considera que cada una de sus piezas son autorretratos, pues aunque ella no aparezca visualmente en el encuadre, sí reconoce que su esencia está ahí, presente en cada pincelada.

“Aunque no me vea yo estoy en estas pinturas, aquí están mis miedos, mis pensamientos, mi soledad, creo que en la soledad es cuando más nos conocemos, llegamos a lo más profundo de nosotros mismos. Por eso te paras frente a una de estas piezas y estás completamente solo”.

Esta es la primera vez que Adriana expone de manera individual, antes de esto había formado parte de múltiples exposiciones colectivas, mostrando trabajos similares, sobre naturaleza con técnicas de óleo y acuarela.

Azul Nostalgia es también su trabajo más reciente, pues todas las piezas las creó en los primeros cinco meses del 2022.

Algunos de los mares que aparecen en sus cuadros fueron vistos por Adriana en algún viaje o vacaciones en familia, otros tantos son imaginados, creados en su mente para después plasmarlos en el lienzo.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

Miedo al mar

La inspiración para pintar Azul nostalgia también tiene un origen muy emocional; pues de hecho Adriana Stehle tenía fobia al mar. La artista reconoce que este miedo la ha acompañado desde que era niña, y surgió tal vez, desde aquel incidente en el que casi se ahoga y fue rescatada por su hermano, no lo sabe con certeza; pero sí reiteró que en cierto modo la pintura la salvó del miedo y la ansiedad que sentía al ver el cuerpo de agua, incluso en fotografías; pues al ver fijamente al mar y después encapsularlo en una pieza al óleo, pudo al fin superar dicha fobia.

“Yo empecé a pintar el mar por miedo, le tenía fobia, yo no quería que se quedara esa fobia, quería transformarla en belleza, la pieza El mar es mi refugio, fue la primera vez que me atreví a hacer snorkel y lo logré; nadé con mantarrayas, superé ese ataque de ansiedad que siempre me daba y fue una experiencia increíble, esa experiencia me inspiró a crear la primera pieza de esta serie”.

“Este sentimiento de miedo al mar lo tengo desde niña, en mi mente tengo un recuerdo tal vez mucho más feo de lo que fue, pero casi me ahogo, casi me lleva el mar y mi hermano fue quien me salvó, yo tenía ocho años, desde ese entonces esa experiencia cambió para mí. Una mezcla de emociones se arremolinaban porque quería estar ahí, en el mar, y al mismo tiempo me daba miedo, hasta las fotos de mares me costaba trabajo verlas. Pintar el mar cambió mi experiencia por completo”.

Algunos de los títulos de las piezas son: Una vez te soñé, Profunda soledad, Melancolía en tu abrazo, Mujer Naufraga, El mar es mi refugio, La hora en que el mar se lo llevó y En silencio. Cada pieza evoca un recuerdo de Adriana, aunque no precisamente vivido frente al mar.

“El mar de la pieza Silencio para mí es el más fuerte, emocionalmente hablando, porque es un mar oscuro en el que en cualquier segundo te puedes perder; te da la idea de que va a empezar a llover y entonces todo se va a volver más gris, más oscuro. En ese momento es cuando debes decidir entre nadar y salvarte, o dejarte ir; es ese momento exacto y muy breve en donde decides qué va a pasar en tu vida.

El día en que el mar se lo llevó es una imagen que vi en Mazatlán, un pequeño barquito solo en mar abierto; yo vi eso y dije ‘algo pasó’, inmediatamente te imaginas muchas historias, te preguntas si alguien está cerca pescando o lo abandonaron aquí. Ya cuando lo estaba pintando me recordó también a la muerte de mi papá, porque la forma del barquito me recordaba también a la forma de un ataúd y al momento en que él se fue”.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

Resaltan en esta colección dos pinturas de naturaleza muerta en las que se aprecia un florero con flores a punto de marchitarse, ambas piezas dedicadas a sus dos hijos; llevan por nombre Para ti, mi pequeño y Pensé que te perdía.

La artista plástica reconoce que la pintura siempre ha estado presente en su vida, y que en muchos sentidos ha sido un canal para superar también situaciones complejas en el ámbito personal; por lo que no tiene planes de dejar su carrera como pintora, y ya visualiza sus próximos proyectos.

Después de Azul Nostalgia, Adriana piensa seguir pintando con esta misma temática, sobre la naturaleza y las reflexiones que nos provoca. En un corto o mediano plazo le gustaría adentrarse en el mundo de los bosques y las montañas.

“Quiero empezar a pintar el bosque, seguir con esta idea de estar completamente solo y reflexionar, esta vez no empezará por una fobia, pero sí implica también estar solo frente a algo inmenso que desconocemos y nos hace reflexionar sobre cómo ser mejores, ver algo de manera diferente. Lo que más me interesa es transmitir paz; aunque todo empieza por un sentimiento de duelo, miedo, tristeza, transformarlo en paz”.

Desde el día de la exposición, siete de estas piezas se vendieron, el resto aún está a la venta y los interesados pueden contactarse con la artista al número 44 21 09 27 29.

“Lo que más me importa es tener comunicación con el espectador, seguido vengo al museo a ver este libro de visitas y ver los comentarios de las personas; es muy grato ver que ha gustado mucho, leer lo que les provoca y lo que les hace sentir ver mis pinturas”.

La exposición de Adriana Stehle, Azul Nostalgia, permanecerá en el Museo de la Ciudad hasta el 31 de julio.

Foto: Cortesía | Adriana Stehle

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