/ miércoles 27 de junio de 2018

Los moneros en los tiempos del meme

Un cartón se ha vuelto viral. En él aparece la ya reconocida caricatura del Dr. Simi, el personaje está parado a lado de una cama de hospital; en ella yace su paciente, José Antonio Meade, el actual candidato a la presidencia de la República por la coalición Todos por México, y a su derecha, el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.

Este último, con una cara de angustia, pregunta al médico: ¿Cómo esta doctor? -refiriéndose al aspirante y exsecretario - No creo que sobreviva a la próxima encuesta, resuelve el doctor.

La imagen, anónima, se hizo viral hace unas semanas en el marco de las campañas electorales. Los moneros Antonio Helguera y José Hernández, ven en ese trabajo una conjunción de la tradicional caricatura política con los llamados memes de las redes sociales.

“El paciente que está en la cama, creo que es mío (señala Helguera), de Meade, pusieron a un Dr. Simi y a lado a un Peña Nieto, que es de (el caricaturista) Paco Calderón (…) Es un buen cartón que alguien agarró con varias caricaturas y armó un cartón y esta padre, porque también es una forma de que la gente toque nuestro trabajo y se adueñe de él”, apuntó el caricaturista de la revista Proceso, durante su visita a Querétaro en el marco de la Conque 2018.

Esta conjunción de ideas e imágenes es vista con buenos ojos por el cartonista, quien advierte ingenio, creatividad y la ya conocida picardía mexicana en la caricatura que se hizo viral.

Fotos: Martín Venegas y Fernando Reyes

Este guiño que advierten entre los memes y el cartón político es muy significativo para ellos, si bien consideran que la inmediatez de lo generado por los propios usuarios en internet carece del rigor y la valentía que la caricatura periodística tiene, pues casi nunca un meme va firmado, ven en ella una válvula de escape, a la que el mexicano recurre con frecuencia.

“De repente hacen cosas como esta, en la que alguien pone su ingenio y revive un cartón de hace no sé cuanto y eso me gusta, porque nuestro trabajo sigue cobrando vida, sigue vigente. Y creo que el futuro de la comunicación está en el internet, sobre todo ahora que las cosas suceden demasiado rápido”, añade Antonio Helguera.

Sin embargo, los también codirectores de la revista El Chamuco, ponen cierta distancia respecto a lo generado en redes sociales. Si bien el humor es una de las columnas vertebrales de ambos productos, señalan que en el cartón hay mucho más que eso, hay denuncia, reflexión, una postura política y un sentido de la trascendencia que se contrapone sobre lo inmediato y reaccionario que resulta un meme.

“Igual el meme te surge en un ratito, lo haces de volada, pero el caricaturista busca el mensaje, no solo el chiste por el chiste, a lo mejor busca ridiculizar el personaje, que la gente se sienta un poco vengada de lo gandalla que puede ser el poderoso”, remarca el caricaturista de DIARIO DE QUERÉTARO, Pepe Gómez.

Y es que el monero, quien cumple una década de publicar sus cartones en estas páginas, coincide con sus homólogos de La Jornada, en subrayar el valor periodístico de la caricatura política.

En este sentido, concuerdan, el meme no eclipsa el trabajo del caricaturista, al contrario, lo reivindica por la seriedad con la que se generan los cartones y muchas veces hallan vasos comunicantes que extienden la forma y el fondo que por años han explotado los moneros.

Igual el meme te surge en un ratito, lo haces de volada, pero el caricaturista busca el mensaje, no solo el chiste por el chiste, a lo mejor busca ridiculizar el personaje, que la gente se sienta un poco vengada de lo gandalla que puede ser el poderoso

Pepe Gómez / caricaturista de DIARIO DE QUERÉTARO

Trazos con rigor

En tiempos de la democratización de los medios de comunicación, el meme irrumpe y se vicia casi a la par de las llamadas fake news, a falta de un autor que se atribuya la obra, el mensaje se difunde entre el anonimato de su creador y ante la poca claridad de sus intenciones.

“Ahora con las redes sociales tienes mucho pin poneo. Por un lado, te enriqueces más rápidamente, estas más conectado a lo que piensa la gente”, reconoce Gonzalo Rocha, mejor conocido en el mundo de los moneros simplemente como “Rocha”.

“Yo me he ajustado a estos tiempos (de la edición diaria de los periódicos impresos) en lugar de estar sube y sube (material), porque el tiempo que te lleva concretar bien una idea, pues sigue siendo alrededor de cuatro horas, en lo que las piensas, le das vueltas, la dibujas, en lo que la conceptualizas gráficamente y eso no es inmediato, ahí sí los memes no pueden competir”, agrega el cartonista de Proceso.

Este rigor del que los caricaturistas hablan, muchas veces no lo sienten reflejado en el nicho en que los lectores, e incluso los propios editores y periodistas, colocan a la caricatura dentro del mundo del periodismo.

“Es lamentable ver como no se le considera a la caricatura como un genero de opinión serio, responsable, firmado por su propio autor, que no debe ser considerado como la ilustración del punto de vista del director del periódico, sino debe ser un punto de vista de autor”, considera el caricaturista Rafael Pineda “Rapé”.

Pepe Gómez, por su parte, hace énfasis en el hecho de que en las universidades y escuelas de periodismo, la caricatura no sea una especialización o siquiera un modulo independiente para desarrollar nuevos talentos en el área.

“No hay una asignatura como tal, te dan radio y TV, entrevista, todos los géneros periodísticos, pero dame entonces también taller de caricatura, (…) hay pintores que podrían ser grandes caricaturistas”, expresa el monero de DIARIO DE QUERÉTARO.

Es lamentable ver como no se le considera a la caricatura como un genero de opinión serio, responsable, firmado por su propio autor, que no debe ser considerado como la ilustración del punto de vista del director del periódico, sino debe ser un punto de vista de autor

Rafael Pineda “Rapé” / Monero

La tinta, ¿libre?

La mofa y el ridículo son recursos de los que el caricaturista se vale para crear sus dibujos. La exageración de los rasgos de un personaje y de los hechos, son parte de la caricatura y en ella entran todos los actores políticos y sociales.

Los entrevistados aseguran que ya no hay intocables para el periodismo y en eso coincide el decano de los moneros en Querétaro, Rubén González, quien desde 1973 colabora con sus cartones para DIARIO DE QUERÉTARO.

“Hoy puedo decir que hay libertad de expresión, incluso hay quienes que se sobrepasan”, acota el oriundo de El Pueblito.

Y es que los moneros “no se tocan el corazón”, porque “los que se manchan son ellos” – añade Hernandez – “No puedes tener concesiones con gente así. El grado de corrupción, de cinismo, de desfachatez, es terrible, en este sexenio, por ejemplo”.

Hay políticos que incluso parecen sentirse cómodos siendo expuestos en caricaturas, Gómez, por ejemplo, asegura haber conocido funcionarios que adornaban su paredes y escritorios con cartones hechos por él.

Sin embargo, los moneros no bajan la guardia, saben que las presiones son comunes de parte de funcionarios y políticos para tratar de “suavizar” los trazos.

“La censura es con lo que un caricaturista debe aprender a lidiar. Depende mucho del talante de los gobernantes en turno y de los dirigentes de los medios de comunicación.

Sí hay que aprender a lidiar con la censura, en el sentido que de que hay que aprender a defender tu trabajo frente a los editores”, expresa José Hernández.

“Generalmente, cuando una caricatura les molesta a los políticos, es porque sí esta funcionando esa caricatura, la caricatura no es solo burlarse exagerando los rasgos físicos de una persona, no, la caricatura puede exagerar, pero hasta a veces se queda corta con la situación de tranza, mentira, (…) los caricaturistas lo que hacen es evidenciar y señalar lo que están haciendo estos miserables”, sentencia “Rapé”.

Los entrevistados coinciden en señalar que la caricatura, pese a la crisis de los medios, subsiste como un género que sigue en el gusto de los lectores, el resto esta, añaden, en no dejar el rigor y la valentía con que se debe ejercer, para hacer frente a las fake news y a los intentos de censura.

El tiempo que te lleva concretar bien una idea, pues sigue siendo alrededor de cuatro horas, en lo que las piensas, le das vueltas, la dibujas, en lo que la conceptualizas gráficamente y eso no es inmediato, ahí sí los memes no pueden competir

“Rocha” / Cartonista

Un cartón se ha vuelto viral. En él aparece la ya reconocida caricatura del Dr. Simi, el personaje está parado a lado de una cama de hospital; en ella yace su paciente, José Antonio Meade, el actual candidato a la presidencia de la República por la coalición Todos por México, y a su derecha, el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.

Este último, con una cara de angustia, pregunta al médico: ¿Cómo esta doctor? -refiriéndose al aspirante y exsecretario - No creo que sobreviva a la próxima encuesta, resuelve el doctor.

La imagen, anónima, se hizo viral hace unas semanas en el marco de las campañas electorales. Los moneros Antonio Helguera y José Hernández, ven en ese trabajo una conjunción de la tradicional caricatura política con los llamados memes de las redes sociales.

“El paciente que está en la cama, creo que es mío (señala Helguera), de Meade, pusieron a un Dr. Simi y a lado a un Peña Nieto, que es de (el caricaturista) Paco Calderón (…) Es un buen cartón que alguien agarró con varias caricaturas y armó un cartón y esta padre, porque también es una forma de que la gente toque nuestro trabajo y se adueñe de él”, apuntó el caricaturista de la revista Proceso, durante su visita a Querétaro en el marco de la Conque 2018.

Esta conjunción de ideas e imágenes es vista con buenos ojos por el cartonista, quien advierte ingenio, creatividad y la ya conocida picardía mexicana en la caricatura que se hizo viral.

Fotos: Martín Venegas y Fernando Reyes

Este guiño que advierten entre los memes y el cartón político es muy significativo para ellos, si bien consideran que la inmediatez de lo generado por los propios usuarios en internet carece del rigor y la valentía que la caricatura periodística tiene, pues casi nunca un meme va firmado, ven en ella una válvula de escape, a la que el mexicano recurre con frecuencia.

“De repente hacen cosas como esta, en la que alguien pone su ingenio y revive un cartón de hace no sé cuanto y eso me gusta, porque nuestro trabajo sigue cobrando vida, sigue vigente. Y creo que el futuro de la comunicación está en el internet, sobre todo ahora que las cosas suceden demasiado rápido”, añade Antonio Helguera.

Sin embargo, los también codirectores de la revista El Chamuco, ponen cierta distancia respecto a lo generado en redes sociales. Si bien el humor es una de las columnas vertebrales de ambos productos, señalan que en el cartón hay mucho más que eso, hay denuncia, reflexión, una postura política y un sentido de la trascendencia que se contrapone sobre lo inmediato y reaccionario que resulta un meme.

“Igual el meme te surge en un ratito, lo haces de volada, pero el caricaturista busca el mensaje, no solo el chiste por el chiste, a lo mejor busca ridiculizar el personaje, que la gente se sienta un poco vengada de lo gandalla que puede ser el poderoso”, remarca el caricaturista de DIARIO DE QUERÉTARO, Pepe Gómez.

Y es que el monero, quien cumple una década de publicar sus cartones en estas páginas, coincide con sus homólogos de La Jornada, en subrayar el valor periodístico de la caricatura política.

En este sentido, concuerdan, el meme no eclipsa el trabajo del caricaturista, al contrario, lo reivindica por la seriedad con la que se generan los cartones y muchas veces hallan vasos comunicantes que extienden la forma y el fondo que por años han explotado los moneros.

Igual el meme te surge en un ratito, lo haces de volada, pero el caricaturista busca el mensaje, no solo el chiste por el chiste, a lo mejor busca ridiculizar el personaje, que la gente se sienta un poco vengada de lo gandalla que puede ser el poderoso

Pepe Gómez / caricaturista de DIARIO DE QUERÉTARO

Trazos con rigor

En tiempos de la democratización de los medios de comunicación, el meme irrumpe y se vicia casi a la par de las llamadas fake news, a falta de un autor que se atribuya la obra, el mensaje se difunde entre el anonimato de su creador y ante la poca claridad de sus intenciones.

“Ahora con las redes sociales tienes mucho pin poneo. Por un lado, te enriqueces más rápidamente, estas más conectado a lo que piensa la gente”, reconoce Gonzalo Rocha, mejor conocido en el mundo de los moneros simplemente como “Rocha”.

“Yo me he ajustado a estos tiempos (de la edición diaria de los periódicos impresos) en lugar de estar sube y sube (material), porque el tiempo que te lleva concretar bien una idea, pues sigue siendo alrededor de cuatro horas, en lo que las piensas, le das vueltas, la dibujas, en lo que la conceptualizas gráficamente y eso no es inmediato, ahí sí los memes no pueden competir”, agrega el cartonista de Proceso.

Este rigor del que los caricaturistas hablan, muchas veces no lo sienten reflejado en el nicho en que los lectores, e incluso los propios editores y periodistas, colocan a la caricatura dentro del mundo del periodismo.

“Es lamentable ver como no se le considera a la caricatura como un genero de opinión serio, responsable, firmado por su propio autor, que no debe ser considerado como la ilustración del punto de vista del director del periódico, sino debe ser un punto de vista de autor”, considera el caricaturista Rafael Pineda “Rapé”.

Pepe Gómez, por su parte, hace énfasis en el hecho de que en las universidades y escuelas de periodismo, la caricatura no sea una especialización o siquiera un modulo independiente para desarrollar nuevos talentos en el área.

“No hay una asignatura como tal, te dan radio y TV, entrevista, todos los géneros periodísticos, pero dame entonces también taller de caricatura, (…) hay pintores que podrían ser grandes caricaturistas”, expresa el monero de DIARIO DE QUERÉTARO.

Es lamentable ver como no se le considera a la caricatura como un genero de opinión serio, responsable, firmado por su propio autor, que no debe ser considerado como la ilustración del punto de vista del director del periódico, sino debe ser un punto de vista de autor

Rafael Pineda “Rapé” / Monero

La tinta, ¿libre?

La mofa y el ridículo son recursos de los que el caricaturista se vale para crear sus dibujos. La exageración de los rasgos de un personaje y de los hechos, son parte de la caricatura y en ella entran todos los actores políticos y sociales.

Los entrevistados aseguran que ya no hay intocables para el periodismo y en eso coincide el decano de los moneros en Querétaro, Rubén González, quien desde 1973 colabora con sus cartones para DIARIO DE QUERÉTARO.

“Hoy puedo decir que hay libertad de expresión, incluso hay quienes que se sobrepasan”, acota el oriundo de El Pueblito.

Y es que los moneros “no se tocan el corazón”, porque “los que se manchan son ellos” – añade Hernandez – “No puedes tener concesiones con gente así. El grado de corrupción, de cinismo, de desfachatez, es terrible, en este sexenio, por ejemplo”.

Hay políticos que incluso parecen sentirse cómodos siendo expuestos en caricaturas, Gómez, por ejemplo, asegura haber conocido funcionarios que adornaban su paredes y escritorios con cartones hechos por él.

Sin embargo, los moneros no bajan la guardia, saben que las presiones son comunes de parte de funcionarios y políticos para tratar de “suavizar” los trazos.

“La censura es con lo que un caricaturista debe aprender a lidiar. Depende mucho del talante de los gobernantes en turno y de los dirigentes de los medios de comunicación.

Sí hay que aprender a lidiar con la censura, en el sentido que de que hay que aprender a defender tu trabajo frente a los editores”, expresa José Hernández.

“Generalmente, cuando una caricatura les molesta a los políticos, es porque sí esta funcionando esa caricatura, la caricatura no es solo burlarse exagerando los rasgos físicos de una persona, no, la caricatura puede exagerar, pero hasta a veces se queda corta con la situación de tranza, mentira, (…) los caricaturistas lo que hacen es evidenciar y señalar lo que están haciendo estos miserables”, sentencia “Rapé”.

Los entrevistados coinciden en señalar que la caricatura, pese a la crisis de los medios, subsiste como un género que sigue en el gusto de los lectores, el resto esta, añaden, en no dejar el rigor y la valentía con que se debe ejercer, para hacer frente a las fake news y a los intentos de censura.

El tiempo que te lleva concretar bien una idea, pues sigue siendo alrededor de cuatro horas, en lo que las piensas, le das vueltas, la dibujas, en lo que la conceptualizas gráficamente y eso no es inmediato, ahí sí los memes no pueden competir

“Rocha” / Cartonista

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