Los rostros descoloridos de tres mujeres miran a la cámara de los años. Alguna vez posaron para un fotógrafo y ahora viven para siempre en retratos de las décadas de los 50 y 60 con forma ovalada.
Cada mujer tiene una historia, aunque desconocida para todo el mundo; pero la artista visual Paulina Zamora ha encontrado entre estas fotografías y otros objetos antiguos como un espejo y un bolso de mano, fragmentos de vidas ajenas que ha unido a su historia personal para crear una narrativa llena de ficción ¿O tal vez no?
Se trata de la exposición Cuando muera quiero que me entierren en el siglo XX, que recientemente fue inaugurada en el Museo de la Ciudad de Querétaro, donde tendrá permanencia hasta febrero del 2023.
En la sala del museo se encuentran también fotografías, cartas y objetos que pertenecen a la artista, por lo que ya no puede distinguirse la realidad de la ficción. A través de estos materiales se cuenta la historia ficcionada de Natalia, una mujer desconocida que escribió una serie de cartas en la década de los 90 y que a través de esta correspondencia y otros objetos, el espectador puede conocer su historia.
El proyecto fue beneficiado por el Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) en el año 2018, y fue desarrollado por la autora durante el año 2019 y parte del 2020. Por lo que esta es la primera vez que se presenta al público.
“Es una ficción, una biografía generada sobre este personaje (Natalia) que vive a finales del siglo XX. Al inicio la idea era hacer una historia a partir de material de apropiación, que son archivos fotográficos anónimos encontrados en el tianguis, después tuvo más profundidad, ya no solo era exhibir las fotos antiguas y las que yo hiciera sino mostrar estos diarios, la correspondencia, tratar de hacer un relato a partir de estos objetos que de algún modo le pertenecieron”, señala Zamora.
“Constantemente, me debato, me divido entre dos deseos excluyentes al mismo tiempo, no puedo gozar de algo con plenitud sin que la otra mitad de mi ser anhele lo opuesto. Así me siento con Tampico ahorita. A menudo también pienso, ¿por qué si me gustan más las mujeres termino acostándome con más hombres”, se lee en una carta escrita por el personaje de Natalia en una de sus cartas a Hugo, su amigo fallecido hace algunos años.
Esta carta al igual que otras misivas y objetos, fueron debidamente generados por la artista para contar la historia de este personaje, a través del cual, cuenta también su propia historia.
“Aunque esto es una ficción, un personaje con características, objetos, cartas y todo, mi motivación como artista es que busqué una estrategia para hablar de cosas que me pasaban a mí, todos los relatos y toda la materia prima es totalmente autorreferencial, solo que lo trasladado a un personaje del siglo pasado.
“Mi tesis personal es revertir la forma en que entendemos el tiempo, esta forma occidental de que aquí es presente, adelante es futuro y atrás es pasado, cuando en realidad todo lo hacemos a partir del pasado, toda la construcción biográfica está atravesada por la ficción y que todo lo que son nuestros recuerdos son construcciones, porque todos queremos tener buenos recuerdos, lo hacemos consciente e inconscientemente”, señala la artista.
Paulina Zamora, además de la fotografía, también se ha adentrado en el mundo de la literatura, por lo que en sus próximos proyectos tienen que ver con ambas disciplinas.
“Obtuve una mención honorífica en Ensayo en el Premio Dolores Castro, hice un ensayo sobre mi experiencia de lo que es vivir y crecer en Tamaulipas, que es de donde yo soy; me ha gustado mucho la literatura y creo que voy a seguir por ahí. También obtuve la beca FONCA jóvenes creadores, este proyecto nuevo será sobre fotografía, para desarrollarse el próximo año”, refiere.
Para más información sobre la autora, ver la cuenta de Instagram @pavlinazamora.
