Lenin vuelve a estar de moda en Alemania

A más de 30 años, Alemania inaugurará este sábado una estatua en honor al dirigente comunista

Tom Barfield | AFP

  · sábado 20 de junio de 2020

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Mientras en todas partes se derrocan estatuas de figuras históricas con un pasado colonial, en respuesta a la muerte de George Floyd, Alemania inaugurará en cambio este sábado una nueva, en honor al dirigente comunista Lenin.

Más de treinta años después de la caída del muro de Berlín, que puso fin a la experiencia comunista de la RDA, el pequeño Partido Marxista-Leninista de Alemania (MLPD) desvelará una estatua del revolucionario y jefe de Estado Vladímir Ilich Uliánov (1870-1924), en Gelsenkirchen, en el oeste del país.

Según la minúscula formación de extrema izquierda, este Lenin de metal será el primero de ese tipo en ser erigido en la otrora Alemania Occidental.

La estatua de 2,15 metros de alto, inicialmente fundida en República Checa en 1957, debía ser inaugurada en marzo en la sede nacional del partido, pero el acto tuvo que aplazarse a causa de la pandemia de coronavirus.

"La época de los monumentos en honor a racistas, antisemitas, fascistas, anticomunistas y otras reliquias del pasado ha quedado atrás, claramente", consideró la presidenta del MLPD, Gabi Fechtner, en un comunicado.

Lenin "fue un pensador avanzado a su tiempo de una importancia histórica mundial, un combatiente de primera hora por la libertad y la democracia", señaló.

"Símbolo antidemocrático"

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Pero no todo el mundo comparte su opinión en esta ciudad de tamaño medio, situada en el corazón de la gran cuenca industrial del Ruhr, marcada por su pasado minero.

"Lenin simboliza la violencia, la represión, el terrorismo y sufrimientos humanos horribles", declararon los partidos del consejo general de Gelsenkirchen-Oeste en una resolución.

El consejo "no tolerará un símbolo antidemocrático así", afirma el texto.

Sin embargo, la justicia bloqueó todos los intentos para evitar la instalación del monumento, que será inaugurado durante una ceremonia hacia las 10H00 GMT.

Se espera la asistencia de unos 300 invitados, que podrán degustar salchichas y pasteles siempre y cuando mantengan la distancia de seguridad y lleven mascarilla.

Pintura roja

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El movimiento mundial Black Lives Matter (La vida de los negros importa), que ganó notoriedad tras la muerte del afroestadounidense George Floyd, asfixiado por un policía blanco a finales de mayo, tuvo cierto eco en Alemania, donde se celebraron varias manifestaciones y se planteó la posibilidad de cambiar el nombre de algunas calles.

Un grupo de desconocidos rociaron pintura roja sobre la estatua de Otto von Bismark en Hamburgo.

El "canciller de hierro", padre de la unificación alemana en 1871, también es conocido por haber acogido en 1884 la Conferencia de Berlín en la que se organizó la repartición de África entre las potencias europeas.

Sin embargo, no se ha derrocado ninguna estatua, como sí que ocurrió en países como Estados Unidos, el Reino Unido y Bélgica.

También se alzaron voces a favor de rebautizar calles con los nombres de Adolf Lüderitz, un comerciante que jugó un importante papel en la colonización de Namibia, o de Carl Peters, un colono activo en el este de África, pero se toparon con la resistencia de los lugareños.

En un país confrontado desde hace décadas a su pasado nazi, "no hemos avanzado mucho con el colonialismo, al que desde hace tiempo hicieron frente Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña", afirma Urte Evert, directora del museo de la Ciudadela de Spandau, un barrio del oeste de Berlín en el que se exponen viejas estatuas que ya no tienen derecho a decorar la vía pública.

Para ella, las estatuas, acompañadas de una placa en la que se explique el pasado menos glorioso del personaje representado, podrían "posibilitar el debate público" y contribuir de ese modo a trabajar la memoria histórica.