Los casos de depresión y ansiedad se dispararon durante la pandemia en todo el mundo; en ese contexto aparecieron influencers que aprovecharon el boom de las redes sociales para normalizar y visibilizar la importancia del cuidado de la salud mental. En Querétaro, Pepi Ramírez lo hizo en Instagram y TikTok donde incluso mucho antes de la crisis sanitaria ya hablaba de estos temas con naturalidad.
Tras ser diagnosticada con trastorno límite de la personalidad y bipolaridad hace ocho años, cuenta que en la búsqueda de respuestas se encontró con un vacío de información en la web; lo único que había eran informes médicos o publicaciones poco legibles que no resolvían sus dudas.
“Yo no tenía idea de qué me pasaba. A mi me lanzan un diagnóstico, me lanzan una palabra y entonces inmediatamente lo ligo con el estigma, lo ligo con mi futuro y lo que creía de mi realidad, pensé que todo iba a ser terrible; buscaba en internet a personas que les estuviera pasando lo mismo y todo eran textos médicos o `papers´ enormes que no entendía. Yo buscaba desesperada a alguien que me dijera: `tranquila, todo va a estar bien´”.
Sin planearlo, la influencer queretana comparte que empezó a dirigir su contenido digital hacia este tema, tomando su propia experiencia como punto de partida.
“Quería normalizar la salud mental, los trastornos mentales, los días malos… normalizar lo que no se dice para yo empezar a hablar de eso y que hubiera un diálogo; es ahí cuando empiezo hablar de mi salud mental, de mis procesos, de mi trastorno, de mi vida como oficinista, de cómo sobrellevo mi día a día pero de una forma chusca y más amigable y digerible.”
Antes de que se volviera viral, asevera que personas de su contexto inmediato la buscaban para resolver dudas sobre sus propios diagnósticos, y ahora con más de 30 mil seguidores en Instagram asevera que sigue pasando, aunque ella ha sabido cómo mantener una distancia ética y profesional con sus seguidores.
“Busco invitar a que me acompañen a ver cómo yo lo vivo, y si yo te puedo ayudar a encontrar un rayito de esperanza, qué fregón. Si te puedo ayudar a sobrepasar un mal trago que es un diagnóstico reciente o un episodio feo, o incluso no estar diagnosticado y estar revotando contra las paredes, qué fregón; pero yo no te voy a decir lo que está bien o está mal ni encuadrarte en un diagnóstico porque no puedo, no soy doctora, y segunda, no sería ético ni lo que busco con mi contenido.
Reitera que su objetivo es aprovechar su plataforma para acabar con la estigmatización y los prejuicios en torno a los trastornos mentales desde su propia historia.
“Mostrar que no todo es el estigma o la parte oscura, que hay un panorama de matices alrededor de la salud y los trastornos mentales que no vemos porque no se habla de ello.
“Mantengo la postura de que no eres un diagnóstico andante (…) no eres la bipolar, la borderline o el depresivo, eres una persona que vive muchas cosas (…) y que experimenta la realidad de una forma distinta. En mi caso, muchos de mis trastornos hacen que yo pueda sentir todo demasiado, a flor de piel, y eso no solo incluye lo malo sino también lo bueno. Entonces encontré cómo utilizar esta sensibilidad a mi favor, cómo verlo como un superpoder sin romantizar el hecho de que tengas un trastorno, pero si poder sobrellevarlo romantizando algunas cosas que son buenas como la creatividad, la destreza en el arte…”.
Entre sus seguidores, platica que también hay quienes le piden orientación sobre cómo acompañar a alguien que presenta algún trastorno mental, “también hay impacto fuerte alrededor de la persona, su familia y sus amigos que no entienden lo que está pasando y no saben cómo aproximarse.”
Finalmente, señala que está en sus planes crear una plataforma digital en la que pueda integrar canales de ayuda y ofrecer herramientas a las personas con trastornos mentales y sus seres queridos.
Cabe mencionar que Pepi Ramírez es comunicóloga y periodista egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, y su contenido se puede encontrar en Instagram como @simplepepiramirez.
También es escritora y pintora, y en su obra suele representar a su alter ego Aluna, que describe como una oda a la “locura”.
“Toda la vida he escrito y siempre lo hecho sobre una mujer. Tiene diferentes nombres pero en los últimos siete años su nombre ha sido Aluna, porque leí un libro que hablaba sobre lo alunado que era una forma de llamar a la locura, entonces Aluna se me hizo una oda a la locura, una forma de honrarla y hacerla presente en mí. Aluna empezó a ser mi alter ego en todo lo que escribo, creo, todo lo que me pasaba a mí le pasaba a Aluna, pero ella lo afrontaba de una forma distinta (…)Vivo todo a través de ella, y sale cuando yo siento que no puedo sobrellevar la realidad.”
