Esta noche, el humor del standupero Alexis “ojitos de huevo” llegará al Teatro del IMSS, en Querétaro, en punto de las 21:00 horas, para contagiar al público con sus ocurrencias y volver a pisar su tierra.
“Yo nací en Querétaro y aquí no hay muchos foros para hacer comedia, sólo está la Caja Popular, pero mi sueño siempre fue ser comediante y un amigo que sabía que me gustaba, me invitó alguna vez a hacer mis pininos en los ‘micrófonos abiertos’”, recuerda Alexis y señala que luego de haber probado el divertir a la gente, decidió “de aquí ya nadie me baja”.
Asimismo explica que la decisión llegó al advertir que con su show la gente se reía de verdad, ya que con los demás, se trataba de risas obligadas. “Sentí que hubo risas que me gané, que busqué; la gente se sorprendió de ver a un comediante ciego y causó mucho impacto, además hice dos tres imitaciones”, dice y detalla que la risa sincera y natural es “muy bonita”, cuestión que sabe distinguir a la perfección y que para lograrlo, aclara, “no hay tanta ciencia”
La naturaleza irreverente y graciosa de Alexis es algo con lo que se identifica desde muy joven, incluso sus años universitarios. “Yo era el wey cagadito y chistosito de la escuela que siempre quería hacer chistes y que imitaba a los profes”.
Con respecto a la temática de su show explica que suele haber una estructura que debe llevar, pero no siempre es igual, porque a él le gusta improvisar y salir de la rutina, además de que habla de muchos temas desde su discapacidad, pero no es el tema central.
“Hay que hablar de todo, si alguien la regó o el presidente dijo una tontería, hay que hablar de eso, si hubo una manifestación de gays, una marcha feminista, un partido de fútbol y hasta la pelea de Carlos Trejo y Alfredo Adame”, dice y aclara que los comediantes tienen una “licencia poética para reírse de lo que sea y burlarse” porque pueden divertirse con cuestiones que la gente a veces se toma muy en serio.
Finalmente abunda sobre el concepto de “ojitos de huevo”, donde el personaje y la idea principal es mostrar la realidad de la gente que vive con alguna discapacidad. “No son ‘pobrecitos’, ni tampoco son súper héroes o campeones, somos gente normal con defectos, virtudes, vicios, amores y desamores”.