Bajo la dirección de Gustavo Alatorre –egresado del Conservatorio José Guadalupe Velázquez–, inició el andar musical de Isla Flamingo, una agrupación local que define su sonido como electro pop, funk y un poco de disco; evocando influencias de bandas como Phoenix, Daft Punk y Alan Parsons.
Y tal como lo describen, sus canciones pueden transportar a los oyentes a una escena clásica de música disco propia de los años 70 con un toque de electrónica actual. Hasta el momento han lanzado los sencillos “Four of a kind”, “Last train”, y a mediados de noviembre presentarán su tema “Sweet thing (King Kong)”.
Gustavo abunda que su estilo es como “una yuxtaposición”, pues aunque el sonido es alegre, movido y pegajoso, las letras se refieren a temas más profundos, que pueden ser interpretados por cada espectador. “Por ejemplo, ‘Last train’ habla de la partida de una persona que uno estima, evocando algo melancólico, aunque los sonidos están en beat”.
Actualmente y debido a la pandemia, las presentaciones que tenían programadas tuvieron que suspenderse, sin embargo, haciendo uso de las plataformas virtuales fueron parte del Festival Emergencias y planean lanzar el que será su álbum debut en febrero del 2020.
“Esta ha sido la etapa más difícil porque como músicos, la forma de dar a conocer la propuesta es salir a tocar y mostrar tus canciones a la gente, aunque hemos aprovechado este tiempo para componer y grabar”, dice Alatorre.
Una vez que la crisis sanitaria haya pasado, la banda apuesta por conquistar los recintos icónicos de la ciudad como La Glotonería, el Funky mama, el Wicklow o la cervecería Hércules; “sería un buen augurio pisar el escenario donde han estado otras bandas reconocidas”, dice Pablo Alto.
Con edades que van desde los 18 hasta los 35 años, la propuesta musical de Isla Flamingo se enriquece y resulta no solo en una mezcla de estilos y gustos, sino también en las vivencias de los mismos integrantes, ya que mientras para Gustavo la música es parte de su día a día, a Pablo le ha permitido crear su alter ego y convertirse en alguien más, fuera de su vida como oficinista.
Asimismo ambos hablan de cómo han logrado crear esta banda en la que precisamente Gustavo funge como el líder, Pablo y Rodrigo aportan la parte creativa, Daniel es quien suma el tono alegre, Alan es el tímido y Jacobo es quien le da dinamismo gracias al sonido del saxofón; “es la cereza del pastel”, detalla Gustavo.
En retrospectiva, Alatorre recuerda cómo inició esta aventura hace poco más de un año. “Empezamos en agosto de 2019; Pablo y yo éramos vecinos, en una ocasión yo estaba tocando canciones de The Beatles en el piano y se me acercó. Con el tiempo surgió la idea de crear un proyecto juntos, se nos unió mi hermano Rodrigo en el bajo, Daniel en la batería, Jacobo Resendiz, quien toca el saxofón en el conservatorio y Alan Ramos, que es mi alumno en una clase de música que doy en la preparatoria”.
Finalmente reconocen que lo mejor de esta experiencia es y ha sido compartir con sus amigos; “más allá de crear una rola o grabar un disco, lo mejor es hacerlo con amigos”, puntualiza Pablo.