Por Marcia Trejo (Kikey)
Los Cómicos de la Legua de la UAQ celebraron 50 representacionesde Los gritos mudos de las voces muertas, un musical escrito ydirigido por el maestro Alexandro Celia.Tras más de cuatro meses de funciones de esta puesta en escena,el pasado 27 de agosto llegó el fin de temporada de una historiaterriblemente vigente.
Basado en la historia de Las Poquianchis, nombre mediático conel que se conoció a un grupo de mujeres que entre 1945 y 1964 regenteaban un burdel en un pueblo de Guanajuato y cometieronvarios asesinatos, tanto de las sexoservidoras a su cargo como declientes o bebés, el musical Los gritos mudos de las voces muertaspone el dedo en esa llaga que sigue sangrando y replica los gritos-ni antes ni ahora escuchados- de las chicas que son sustraídas desus familias para ser usadas y abusadas de varias maneras.
Un coro estremecedor repite “No preguntes nada, quédatecallada, eres la carnada, no esperes mañana, ya no eres deseada,hoy no tienes nada no, ya no eres recuerdo, eres el olvido, eresexpediente, un caso perdido, eres burocracia, un juicio sinsentido, eres ese crimen que la impunidad pagó… y no tienesnada… nada que sentir… a donde llegar… nada queesperar…”
Una niña-adolescente quiere jugar y que la abracen sus papás,derecho natural que niñas y jóvenes robadas pierden a manos dedelincuentes o incluso a manos de los propios familiares “Soy tuhija, no me uses,” dice también la conmovedora canción.
Mientras que una madre a quien le han robado a su hija arrastrasus pasos y sus lamentos y nos dice “Quien me ve, no sabe que hemuerto, respiro por tu recuerdo… ¿dónde estás?”
Esas y otras impactantes situaciones pudimos ver en el Mesón delos Cómicos de la Legua las noches de abril a agosto de 2016. Enun escenario de por sí espléndido, que multiplicó su bellezaalbergando este montaje de gran formato.
Más de 30 actores en escena y orquesta en vivo, dieron vida acada espacio del teatro. Las torres del templo de La Congregación,la luna y a veces la lluvia participaron en la escena parallevarnos a ese pueblito, -que desafortunadamente puede sercualquiera de nuestro país- para estremecernos con ladesesperación de una madre que busca a su hija, paracomprometernos ante la mirada de una pequeña niña que miraba alpúblico preguntándole, ¿por qué?, ¿hasta cuándo?
El cuerpo de actores se volvió un pueblo, se volvió Los gritosmudos de las voces muertas. Cómicos de distintas generaciones seunieron para dar vida a esta historia y voz a esos gritosmudos. Y el pueblo a coro cantó temas como: Nada, El son de lascaderas, Ya no, El secreto del pan, Respiro por tu recuerdo,Poqui-poqui-anchi, Collage del dolor y No callaremos. Bellísimascanciones que nos estrujaron el corazón, tanto por sus letras comopor las interpretaciones.
Las voces que lideraron el musical estuvieron a cargo de PatyCorral (también directora de Cómicos de la Legua), EvangelinaRubén, Víctor Manuel Mendoza y Orlenda Luna. Qué fortuna la dequienes pudimos escuchar lo que el maestro Celia logró hacer conestas voces y el coro del resto del elenco.
El maestro Ivan Sinhué dirigió la orquesta de en su mayoríamúsicos de la Facultad de Bellas Artes de la UAQ. Y esa música envivo se agregó al cúmulo de deleites: Voces, escenario,actuaciones, vestuario, diseño de arte e iluminación.
Las Poquianchis fueron interpretadas por Lupita Smythe, SusanaCorral y Nora Trejo, ellas y actores como Benny Cisnel, VíctorManuel Mendoza, Abraham Melgar, Diana Lorena Arteaga, JaquelineHernández, Carlos Galván, Tania Martínez Valdés, HerminioReinoso, Alberto Morales, Rafael Gómez, Noé Salinas o RománIván Gómez, nos regalaron una experiencia que si bien es por sutema dolorosa, resultó por su trabajo artístico una delicia. El resto del elenco estuvo compuesto por María Rosa Luna, KarlaPaola Díaz, Mary Gaby Sánchez, María Elisa Sánchez, AndreaOrozco, Ximena Martínez Valdés, Ana Laura Díaz, LauraCollantes, Jorge Carrillo, Juan Carlos Águila, Daviana Vega,Yunuén M. Najarro, Carlos Mandujano, Rodrigo Romero, JéssicaBasaldúa , Camila García, Fernanda Sassia, Benjamín Cortés,Michelle Zamudio, Sergio Magaña, Jaime Fuentes y cada uno deellos hizo posible una hermosa puesta en escena que es al mismotiempo representación teatral y denuncia de la trata depersonas, corrupción y contubernio entre delincuentes yautoridades y un llamado a la conciencia de la construcción de unmundo menos doloroso.
La noche, emotiva a muchos niveles, culminó con la develaciónde una placa cuyos padrinos fueron los actores Rafael Amador yDiana Navarro, el director de la Facultad de Bellas Artes de laUAQ, Dr. Eduardo Núñez Rojas, y Erik de Luna y Marcia Trejo(kikey) integrantes de Cómicos de la Legua, grupo universitarioque mañana cumple 57 años de quehacer teatral.
