La zona metropolitana de Querétaro tiene un déficit de 99.4117 millones de metros cúbicos de disponibilidad de agua al año, por lo que presenta un estrés hídrico, lo que es el principal argumento para el decreto presidencial de Peña Colorada como área natural protegida, de acuerdo con el anteproyecto que presentó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En el anexo 2 del documento, establecen que esta declaratoria surge para proteger los ecosistemas y la función de esta área ante la presión urbana sobre los recursos naturales.
Detallan que el recurso hídrico es de vital importancia en Peña Colorada, ya que ahí convergen 3 de los 5 acuíferos que abastecen de agua a la zona metropolitana, y los cuales están sobreexplotados según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Uno de los acuíferos que pasa por esa área es el valle de Querétaro que tiene -63.724840 disponibilidad de millones de metros cúbicos anuales, además del valle de Amazcala que tiene -23.247000 de disponibilidad de millones de metros cúbicos anuales, y el valle de Buenavista que cuenta con -12.439852 de disponibilidad de millones de metros cúbicos anuales.
“La presión sobre los acuíferos referidos es resultado de un crecimiento urbano acelerado en las últimas décadas, trayendo como consecuencias dos fenómenos, por un lado, la disminución de las de las áreas verdes que permiten la capacidad de recarga natural, y por el otro, el crecimiento en la demanda de agua”, se lee en el documento.
Señalan que el abastecimiento del agua a través de fuentes subterráneas y superficiales para la capital del estado ha generado un deterioro en la calidad del liquido y del sistema hidrológico.
Otro aspecto importante es la pérdida de ecosistemas nativos, que incluye la pérdida de cobertura vegetal, que impacta en la disponibilidad de agua, ya que si hay menos cobertura vegetal hay perdida de humedad del suelo y a su vez estrés hídrico.
Algunas de las problemáticas que han detectado y que han propiciado la erosión de la tierra es el cambio de suelo dedicado a la agricultura para uso urbano, además de prácticas inadecuadas por el sobrepastoreo extensivo y porque hay cobertura vegetal escasa.
También identificaron que hay una pérdida de vegetación nativa de Peña colorada que ha sido afectada por la agricultura y la ganadería, además que la han sustituido por cultivos o pastizales, lo que afecta el suelo, la purificación del aire y la estabilización del clima.
“Por lo que la protección de dichas comunidades vegetales representa un punto crítico para la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales de la zona”, indican.
Otros aspectos que explican han sido afectados son la pérdida de fauna por los cambios en el uso de suelo, que ha puesto en algunos casos en riesgo de desaparición. En total refieren que hay riesgo para 250 especies vegetales y más de 170 especies de fauna.
Mientras que con el decreto buscan una regulación que permita tener el control de las actividades que ahí se realizan y que permitan el desarrollo sustentable del área.
“Incluso, bajo el supuesto de la existencia de particulares o grupos organizados para la conservación y restauración del sitio, no sería posible garantizar que no se realicen actividades de alto impacto ambiental en la zona, al no existir una figura de protección de carácter obligatorio”.
En el documento afirman que, si no interviene el gobierno federal, Peña Colorada podría sufrir daños irreparables y que tendrían repercusiones en el acceso, disposición y saneamiento de agua para el consumo personal y doméstico, así como de que haya un medio ambiente sano.