A tres días de haberse llevado a cabo la primera reunión entre la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) e integrantes del movimiento estudiantil Facultades Unidas, la propuesta de la rectora continúa siendo socializada entre la comunidad, sin que hasta ahora se hayan pronunciado respecto a la oferta de que se inicien los procedimientos de queja en contra de cuatro funcionarios y docentes.
En los perfiles de Facultades Unidas en redes sociales, se ha publicado una minuta con el contenido general de los puntos que se trataron en el encuentro sostenido el lunes pasado entre estudiantes y la rectora, donde, además, se contó con la presencia de dos mediadora: Roxana Ávalos Vázquez, ex titular de la Defensoría de Derechos Humanos y Carmen Consolación González Loyola, abogada y activista.
Ante la exigencia de los estudiantes en paro de que cuatro funcionarios y docentes presentaran su renuncia como “voto de confianza”, para entregar formalmente el pliego petitorio, la rectoría propuso que las cuatro personas presentaran la licencia de sus cargos y se iniciara una investigación para analizar cada caso.
De acuerdo con la propuesta de la rectoría, el plazo en el que serían recibidas las quejas y las respectivas pruebas de la responsabilidad en cada caso, sería el miércoles 19 de septiembre. No obstante, la comunidad estudiantil no se pronunció públicamente al respecto.
En el documento de la propuesta se contemplaba que el Programa Universitario de Derechos Humanos fuera el organismo que se encargara de llevar a cabo la investigación de quienes han sido acusados de abuso sexual, abuso de poder, plagio e intimidaciones. Asimismo, sería el organismo que encabeza Bernardo Romero Vázquez el que determinaría las sanciones, de requerirse.
A casi tres semanas de iniciada la toma de las instalaciones en los campus y planteles univesritarios, el diálogo respecto al contenido del pliego petitorio no ha comenzado. La rectora, Teresa García Gasca ha referido que dado que se trata de un semestre corto, se corre un riesgo real de perder tiempo sustancial, sobre todo en el caso de los estudiantes de posgrado a los que se les otorgan becas por instancias federales.
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