Por Alfonso Franco Tiscareño
A mi Madre, por la mejor herencia que medejó."...y sus ruegos en favor de ellos tienen la intensidad de la llama del cirio en el altar"
Truman Capote
II / III
El anciano prosiguió con sus palabras: “Yo en mi casa, meacerco a mi altarcito, aquieto mi mente, me conecto, junto mismanos en señal de oración y todo está hecho ya. Ahora, mi flamaencendida es de agradecimiento, es una ofrenda, no hay sacrificios,hay ofrecimientos, cariño, paz espiritual. Veo ese humo deincienso subiendo hasta el cielo, desdoblándose en mil figuras,expandiéndose en el éter, en el vacío, emanando su dulce aroma,llenando la atmósfera, aleteando en los rincones menos esperados,evocando lo sublime.
Hay lumbre también en el incienso, una punta de calor. Una bolade fuego como en el principio, como lo que fue nuestro planeta y delo cual sólo quedó lo primigenio en el centro. Los volcanes sonlos senos de la tierra, que eructan fuego, que nos hablan de unplaneta que está vivo. El volcán estalla en humaredas y fuego, elsilencioso y modesto incienso encendido tiene la misma fuerza,también arroja humo, humo sagrado, purificador, caliente, queproviene de su hermosa punta brillando en la oscuridad. Semeja alhorno del herrero, el lugar donde se forjan las figuras máscaprichosas, donde se mezclan indivisibles aleaciones. Algo detodos esos secretos procesos debe guardar el silencioso inciensoconsumiéndose.
Las oraciones y peticiones que son acompañadas por la llama deesta veladora y el humo de este incienso, jamás se perderán,cumplirán su cometido, [i] en esta y otrasdimensiones, están actuando desde ya. Se ha dicho que Cristo es elSeñor del karma, así que, no importa qué haya sucedido, siempreserá posible enmendar el camino y comenzar otra vez. Y nosotros,los que estamos en esta dimensión, no debemos perder nunca la fe yla esperanza, al contrario, todo lo que hagamos en este momentoestará trabajando en favor de los nuestros que están aquí y alos que están en otra parte.
Es un pequeño diezmo en cantidad, y una poderosa ofrenda encalidad, la que ofrecemos al Todopoderoso, al Águila, alIpalnemohuani. Diezmo capaz de enderezar karmas. Pediré a Diosrespetuosa y amorosamente que considere mi modesta ofrenda. Sé queen esa frágil llamita, y en ese humo que se quiebra en aromas,están ya realizándose mis anhelos. Pidan como si ya lo hubiesenrecibido, nos enseñó el Maestro. (Marcos 11:24)
Los coloco en sintonía con la Llave Maestra de la metafísica:en armonía para todos, de acuerdo a Tu voluntad, en el nombre deJesús, bajo la gracia y de manera perfecta. Y agradezcorespetuosamente porque me consta que siempre soy escuchado.Namaste. Amén.
Agradezco la fortuna de poder ofrendar ante mi altar. De estallama aprenderé todo lo posible, y con el aroma del inciensomeditaré en mis peticiones y en mis actos. Será un cantocelebratorio, una danza sagrada, un ofertorio en la recámarasecreta, en la que habita el silencio, en la que arden las tresflamas. Las que provienen directamente del Sagrado Corazón deDios. Él es luz, nosotros somos una parte de esa luz, undesprendimiento conectado. Luz del mundo.
En esa llama, en ese humito, late el Dharma, las enseñanzas detodos mis maestros, todos forman un solo cuerpo: mi madre que meenseñó a orar, el sacerdote que me orientó con sus palabras, ellibro sagrado que cargo entre mis manos y mi corazón, el solradiante mostrándome que Dios existe.
A veces uno puede pensar: "pero soy indigno de montar unaofrenda así de santa, tengo muchos defectos, he cometido enormeserrores en mi vida, soy un pecador". Pero, si sólo los santospudieran montar ofrendas o altares, casi nadie lo haría. Es alcontrario, precisamente porque lo necesitas es por lo que elevasuno. Es el enfermo el que requiere doctor, es el hambriento de Diosel que lo busca, o como diría San Pablo [1]: "porque mi poder seperfecciona en la debilidad." (2 Corintios 12: 9-10)
Este altar es sólo una extensión del que anida en el centro demi pecho, en mi corazón. Ahí habita la esencia de lo externo,ahí están las imágenes de mis seres amados, ahí están misentidades originarias, ahí habita mi espíritu que luego seextiende a través de todo lo que soy en la Tierra. Hay unaconexión sagrada entre mis altares. El externo es reflejo delinterno; el externo me evoca al principal, me recuerda que micuerpo es sagrado. Se forma un aura alrededor de mi altar, aura quees extensión de la mía propia y de cuantos se acerquen a orar aese espacio. He podido comprobar los poderosos milagros que segestan en su seno, no es casual, la energía de Dios está viva,está en nosotros. Lo dijo Jesús: "¿No está escrito en vuestraley: Yo dije, dioses sois?" (Juan 10:34), "...ustedes harán cosastodavía mayores". (Juan 14:12). Dijo también: "Pedid, y se osdará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Mateo 7:7)Agregaría: pregunten y se les contestará. La conexiónaltar-incienso-flama no es casual, es la realidad moviéndose en lasinfonía de la Voluntad Perfecta. Día, noche, lluvia, calor,primavera o invierno, la llama está encendida, palpitando. Laspeticiones se están trabajando, la realidad se está moviendo.
Desde las cavernas se agitaba el fuego dando luz, calor,espantando al miedo, dando seguridad, defendiendo a los humanos delas alimañas y de los animales peligrosos. Desde esos tiempos tanremotos el fuego fue amigo, compañero, servidor, salvador.¿Cuántos rituales acompañó? Ese fuego palpitando en la hogueraal calor del cual los humanos bailaron, amaron, esperaron. Esefuego que iluminó todas las dudas que alimentó el animismo, queproyectó sombras alucinantes sobre las paredes de las cuevas,sombras que casi se independizaban de sus cuerpos para seguirsiempre estados mas allá de la línea establecida; sombras quefueron revelaciones de numerosos temas, respuestas a inquietudesanegadas en el alma por angustias diversas. Hambre, dolor, miedo,peligro, muerte, el más allá, asombro, alegría, éxtasis, todosestos sentimientos y vivencias se fundieron con el fuegoprimigenio, mismo que ahora puedo encender con un cerillo, en lacomodidad de mi casa, para iniciar la labor de otra veladora. Queal consumo de su cera se eleven mis peticiones, anhelos yesperanzas.
Enciendo el incienso y contemplo cómo ese humo sagrado envuelvelas fotos, los dibujos, donde está la imagen de mis seres amadosque han partido, rodea a las veladoras, danza y revolotea alegre deestar encendido, de estar propiciando la comunión, elentrelazamiento. Rompe las dimensiones para unir varios planos deexistencia. Otra vez, el espejo de Alicia. El aroma sembrando uncamino, copando cada rincón de la atmósfera, bañando el ambientede esencias de flores y piedras preciosas, aromas que conducen a lamente, biofísicamente, por caminos diversos, poderes concretossobre las mentes entregadas”. Así siguió hablando el anciano.(Continuará).
[i]Revisar a Gregg Braden, Thich Nhath, Larry Dorsey, Yogananda,pensadores que han abordado el tema. Además, los experimentos deMasaru Emoto,
