Por más de 26 años Wilfrido se esforzó por ser emprendedor, enfrentándose a los retos de cada giro y a los “padrinos”, que de manera constante le exigían una cuota que cobraban “a la buena” o “a la mala”, en el Estado de México y fue hasta hace cinco años que decidió aceptar una oferta de trabajo que lo llevó a hacer lo que más le gusta: vender plantas y adornar jardines.
Mientras atiende en un establecimiento ubicado en los límites de El Marqués, indica que fue en 1974 cuando dejó su casa en Chiapas para probar suerte, por lo que intentó de todo: puso su negocio de venta de luces, luego de tacos, por último de papelería, pero hasta en la brujería intentó incursionar; acciones soportadas en su anhelo de asegurarse un ingreso fijo.
En todos los negocios, recuerda, le fue “de la patada”, pues cada “apadrinamiento” le hizo quebrar, de ahí que decidió, en el 2013, aceptar un empleo en Querétaro.
Suman cinco los años en los que, por su trabajo, realiza labores de jardinería, que incluyen llegar a casas, hoteles, salones de fiestas y cualquier punto en el que contraten al establecimiento, para entregar plantas, o incluso instalar pasto y podar árboles; recién tuvo que colocar 80 metros cuadrados de pasto, así como 380 enredaderas.
En una buena semana tiene la oportunidad de realizar cuatro servicios, mientras que en una mala, no se registran clientes.
De cuando en cuando, acude a invernaderos de partes de Querétaro, Morelos o Estado de México, para adquirir productos, pero en este último, sabe que sí llega a detenerlo una patrulla será seguro que perderá dinero, pues siempre habrá motivo para amenazarlo con una multa.
Pese a los retos que debe enfrentar, ahora está tranquilo, sabe que diariamente tiene que llegar a su trabajo a las siete de la mañana para realizar algo que realmente le gusta y, en caso de que a esa hora no exista servicio o venta, tendrá tiempo para tomarse un café.
“Me da alegría, siento que gozo mi trabajo, siento que cada trabajo que hacemos, lo hacemos con ese gusto, aparte de que nos pagan el sueldo, cuando nos toca hacer tiempo extra”, razonó, antes de regresar a sus actividades.