/ miércoles 22 de febrero de 2017

Daños causados seguirán: Jacinta

CIUDAD DE MÉXICO- (OEM-Informex).- Con respecto a la disculpapública que Raúl Cervantes ofreció a Jacinta Francisco Marcialen nombre de la Procuraduría General de la República, tanto ellacomo su hija coincidieron en que este gesto no es suficiente paradeshacer los daños que le causaron a ella y a su familia, por loque, mientras haya otros casos de injusticia, no se sentiránsatisfechas.

Además, Jacinta Francisco advirtió que los pueblos indígenasson víctimas de discriminación e injusticias que se venacentuadas por las barreras que las separan de los organismos ydependencias que deberían garantizarles seguridad y protección,esa es una lucha que se debe emprender.

También es necesario luchar por casos como el de los 43jóvenes desaparecidos en Iguala, Michoacán, las mujeres de Atencoy todos los marginados que cumplen con sentencias por delitos queno cometieron, aseguraron.

"Siempre digo gracias y adiós, todos me hablan pero yo no losconozco, yo estuve en la cárcel injustamente porque no sabíadefenderme, los secuestradores eran ellos porque me llevaron conengaño y no sabía por qué estaba ahí.

Ese día llegaron dos señores a preguntar por un terreno,cuando yo no sabía nada de terrenos, me dijeron que debía ir adeclarar por un árbol que corté y que después iba a regresar ami casa, no me dio miedo, mi esposo sabía que se trataba de losagentes que decomisaron los puestos de piratería.

Nunca pensé que iba a estar tres años en la cárcel, yo nivendía, tuvimos una semana con rejas abiertas, con frío, paradormir en una piedra, pensé que estaba en el infierno”, relatóJacinta.

Relató que días después estuvo contenta al pensar que sufamilia lucharía por su libertad y que cuando la llevaron a lapoblación, le dijeron que no temiera porque algún día saldríala verdad a la luz.

“Estaré contenta hasta que nos respeten como indígenas,mientras no, estoy agradecida con mis compañeras que me decían'no llores', yo lloraba porque no estaba con mis hijos, en sugraduación, cuando me necesitaban, uno sufre porque no los ve.

La directora dijo, cuando llegue su familia quiero que esténbañadas, que los reciban con sonrisas para que vean que sonfuertes, después me puse a llorar porque vi a mi familia y uno delos nietos no quería irse, quería quedarse conmigo”, rememoró.Aseguró que ella no quiere apoyos, sino justicia para los pueblosindígenas, pues le duele saber que otras personas sonvíctimas.

“Los tres años que me quitaron de libertad no los recuperarépara estar con mi hijo; las personas que más me apoyaron son lasque llevaron un delito muy grave, para mí son los mejores, por esono tenía miedo, hasta que tuve la incertidumbre por saber sisaldría o no de la cárcel; Ojalá que con esto, otras personassean escuchadas y tengan justicia, por eso estamos aquí, ojaláque de aquí en adelante se reconozcan las injusticias",señaló.

No sólo los pueblos indígenas son víctimas de esto, afirmó,hay mucha gente ahí injustamente.

Estela Hernández Jiménez, hija de Jacinta Francisco Marcialseñaló que ahora se debe luchar por los 43 jóvenes desaparecidosen Iguala, Michoacán, pedir justicia por las mujeres de Atenco yvisibilizar todos los casos en los que hay abuso de poder.

"Es lamentable que hasta hoy la PGR reconozca de manera forzadaque esto fue un error, por funcionarios que fabricaron un delitopara Jacinta, la exhibieron en los diarios locales de Querétaro,la encarcelaron sin decirle que tenía derecho a un abogado, ellafue la que fue secuestrada legalmente, fue sentenciada a 21 añosde cárcel y a pagar una multa de 90 mil pesos”, destacó.

Dijo que el caso 48 2006 es un ejemplo de las muchasarbitrariedades legales que cometen las instancias del poder, pueseste proceso de desgaste emocional, físico y psicológico dejasaber que en la cárcel no están los delincuentes, sino los pobresy los ignorantes, ya que no conocieron en Querétaro a ningún ricoque estuviera en la cárcel.

Sin el apoyo del Centro Pro, Jacinta hoy pagaría una sentenciade un delito que no cometió, la pregunta es cuántos inocentesestán encarcelados, cuántos corruptos andan sueltos viviendo delos impuestos y fabricando delitos, increpó.

“Preguntarán si es suficiente la disculpa pública, no bastapara recuperar la tristeza y la vida de mi hermano José Luis, quehoy, a seis días de cumplir siete años que falleció, perdió eltiempo de estar con su mamá. A los que sólo les importa eldinero, no se preocupen, no nacimos con él ni moriremos con él. Alos abogados que nos robaron y siguen robando a sus clientes, nosean mediocres, no engañen a la gente, no coman ni beban a costadel sufrimiento, este caso nos hace saber que lo que al otro leafecta, tarde o temprano me afectará a mí”, subrayó.

Señaló que la solidaridad tiene que estar ahora con los 43estudiantes normalistas que faltan, con los miles de muertos,desaparecidos y perseguidos, con los compañeros caídos, con loscompañeros cesados por defender lo que por derecho lescorresponde.

“A la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que dos añosestuvieron callados y a otras instituciones que no nos atendieron,pónganse a trabajar, no den recomendaciones cuando organizacionessociales hacen su trabajo. A las víctimas actuales, maestroscaídos en pie de lucha. Por la represión sucedida el primero demayo con Pancho Domínguez, hoy nos chingamos al Estado”,enfatizó.

La ignorancia y el miedo no pueden estar encima de la vida,dijo, pues los que se atreven a usar la palabra escriben lahistoria y están orgullosos de no dejarla a la pudrición.

Nos queda solidarizarnos con otras víctimas y saber que la viday libertad no se venden ni tienen precio.

Al procurador general de la República le dijo que no estáncontentos con esta disculpa, pidió que no haya casos similares, ellargo incidente prueba que ser pobre, mujer e indígena no esmotivo de vergüenza.

“Vergüenza la de aquellos que deberían protegernos y que nolo hacen, si no saben hacer su trabajo, renuncien, si no tienendignidad, que sea por vergüenza. Recordamos a los que nosapoyaron, nos llevaron cartas, comida o dinero, sabemos que esto esgracias a la participación de muchas personas. No es necesariocometer un delito para ser desaparecido o encarcelado, por los queseguimos en pie de lucha, quedamos de ustedes, por siempre y parasiempre la familia Jacinta, hasta que la dignidad se hagacostumbre, gracias”, finalizó.

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CIUDAD DE MÉXICO- (OEM-Informex).- Con respecto a la disculpapública que Raúl Cervantes ofreció a Jacinta Francisco Marcialen nombre de la Procuraduría General de la República, tanto ellacomo su hija coincidieron en que este gesto no es suficiente paradeshacer los daños que le causaron a ella y a su familia, por loque, mientras haya otros casos de injusticia, no se sentiránsatisfechas.

Además, Jacinta Francisco advirtió que los pueblos indígenasson víctimas de discriminación e injusticias que se venacentuadas por las barreras que las separan de los organismos ydependencias que deberían garantizarles seguridad y protección,esa es una lucha que se debe emprender.

También es necesario luchar por casos como el de los 43jóvenes desaparecidos en Iguala, Michoacán, las mujeres de Atencoy todos los marginados que cumplen con sentencias por delitos queno cometieron, aseguraron.

"Siempre digo gracias y adiós, todos me hablan pero yo no losconozco, yo estuve en la cárcel injustamente porque no sabíadefenderme, los secuestradores eran ellos porque me llevaron conengaño y no sabía por qué estaba ahí.

Ese día llegaron dos señores a preguntar por un terreno,cuando yo no sabía nada de terrenos, me dijeron que debía ir adeclarar por un árbol que corté y que después iba a regresar ami casa, no me dio miedo, mi esposo sabía que se trataba de losagentes que decomisaron los puestos de piratería.

Nunca pensé que iba a estar tres años en la cárcel, yo nivendía, tuvimos una semana con rejas abiertas, con frío, paradormir en una piedra, pensé que estaba en el infierno”, relatóJacinta.

Relató que días después estuvo contenta al pensar que sufamilia lucharía por su libertad y que cuando la llevaron a lapoblación, le dijeron que no temiera porque algún día saldríala verdad a la luz.

“Estaré contenta hasta que nos respeten como indígenas,mientras no, estoy agradecida con mis compañeras que me decían'no llores', yo lloraba porque no estaba con mis hijos, en sugraduación, cuando me necesitaban, uno sufre porque no los ve.

La directora dijo, cuando llegue su familia quiero que esténbañadas, que los reciban con sonrisas para que vean que sonfuertes, después me puse a llorar porque vi a mi familia y uno delos nietos no quería irse, quería quedarse conmigo”, rememoró.Aseguró que ella no quiere apoyos, sino justicia para los pueblosindígenas, pues le duele saber que otras personas sonvíctimas.

“Los tres años que me quitaron de libertad no los recuperarépara estar con mi hijo; las personas que más me apoyaron son lasque llevaron un delito muy grave, para mí son los mejores, por esono tenía miedo, hasta que tuve la incertidumbre por saber sisaldría o no de la cárcel; Ojalá que con esto, otras personassean escuchadas y tengan justicia, por eso estamos aquí, ojaláque de aquí en adelante se reconozcan las injusticias",señaló.

No sólo los pueblos indígenas son víctimas de esto, afirmó,hay mucha gente ahí injustamente.

Estela Hernández Jiménez, hija de Jacinta Francisco Marcialseñaló que ahora se debe luchar por los 43 jóvenes desaparecidosen Iguala, Michoacán, pedir justicia por las mujeres de Atenco yvisibilizar todos los casos en los que hay abuso de poder.

"Es lamentable que hasta hoy la PGR reconozca de manera forzadaque esto fue un error, por funcionarios que fabricaron un delitopara Jacinta, la exhibieron en los diarios locales de Querétaro,la encarcelaron sin decirle que tenía derecho a un abogado, ellafue la que fue secuestrada legalmente, fue sentenciada a 21 añosde cárcel y a pagar una multa de 90 mil pesos”, destacó.

Dijo que el caso 48 2006 es un ejemplo de las muchasarbitrariedades legales que cometen las instancias del poder, pueseste proceso de desgaste emocional, físico y psicológico dejasaber que en la cárcel no están los delincuentes, sino los pobresy los ignorantes, ya que no conocieron en Querétaro a ningún ricoque estuviera en la cárcel.

Sin el apoyo del Centro Pro, Jacinta hoy pagaría una sentenciade un delito que no cometió, la pregunta es cuántos inocentesestán encarcelados, cuántos corruptos andan sueltos viviendo delos impuestos y fabricando delitos, increpó.

“Preguntarán si es suficiente la disculpa pública, no bastapara recuperar la tristeza y la vida de mi hermano José Luis, quehoy, a seis días de cumplir siete años que falleció, perdió eltiempo de estar con su mamá. A los que sólo les importa eldinero, no se preocupen, no nacimos con él ni moriremos con él. Alos abogados que nos robaron y siguen robando a sus clientes, nosean mediocres, no engañen a la gente, no coman ni beban a costadel sufrimiento, este caso nos hace saber que lo que al otro leafecta, tarde o temprano me afectará a mí”, subrayó.

Señaló que la solidaridad tiene que estar ahora con los 43estudiantes normalistas que faltan, con los miles de muertos,desaparecidos y perseguidos, con los compañeros caídos, con loscompañeros cesados por defender lo que por derecho lescorresponde.

“A la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que dos añosestuvieron callados y a otras instituciones que no nos atendieron,pónganse a trabajar, no den recomendaciones cuando organizacionessociales hacen su trabajo. A las víctimas actuales, maestroscaídos en pie de lucha. Por la represión sucedida el primero demayo con Pancho Domínguez, hoy nos chingamos al Estado”,enfatizó.

La ignorancia y el miedo no pueden estar encima de la vida,dijo, pues los que se atreven a usar la palabra escriben lahistoria y están orgullosos de no dejarla a la pudrición.

Nos queda solidarizarnos con otras víctimas y saber que la viday libertad no se venden ni tienen precio.

Al procurador general de la República le dijo que no estáncontentos con esta disculpa, pidió que no haya casos similares, ellargo incidente prueba que ser pobre, mujer e indígena no esmotivo de vergüenza.

“Vergüenza la de aquellos que deberían protegernos y que nolo hacen, si no saben hacer su trabajo, renuncien, si no tienendignidad, que sea por vergüenza. Recordamos a los que nosapoyaron, nos llevaron cartas, comida o dinero, sabemos que esto esgracias a la participación de muchas personas. No es necesariocometer un delito para ser desaparecido o encarcelado, por los queseguimos en pie de lucha, quedamos de ustedes, por siempre y parasiempre la familia Jacinta, hasta que la dignidad se hagacostumbre, gracias”, finalizó.

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