Ante los primeros contagios en Querétaro del Covid-19 se ha iniciado en el estado una fase preventiva para evitar la propagación de la enfermedad: las clases se han suspendido, los edificios públicos se han cerrado, al igual que los museos, bibliotecas y otros espacios.
La afluencia de la población ha disminuido en las calles, sin embargo, es posible observar a personas que van al trabajo o realizan actividades al aire libre.
En el jardín Guerrero, en el centro histórico, un hombre sentado en una banca lee el periódico, dos niñas de menos de 10 años juegan, también hay parejas y para otro grupo de personas en condición de calle este parque funge como su casa.
En el Museo de la Ciudad, que anunció hace unos días que cerraría exposiciones, menos de 15 personas se encuentran en el recinto; la mayoría son empleados de vigilancia y limpieza.
El lugar está impecable por la continua limpieza de las trabajadoras, sin embargo, después de unos minutos, el olor a cloro lastima las fosas nasales.
Caín Torres, trabajador en el Museo de la Ciudad, explica que para evitar conglomeraciones este recinto ha cerrado las exposiciones, y actividades como obras de teatro o el cineclub.
“Hay países completamente cerrados, gente totalmente confinada, que fue la única manera de controlar una situación como la que estamos a punto de vivir en nuestro país. Ojalá que no, que se atienda desde antes”, sostiene Caín.
EVITAR PÁNICO
En una farmacia ubicada cerca de la Alameda, la vitamina C, los cubre bocas y el gel anti bacterial escasean. “Recibimos 100, 200 piezas diarias, paquetes, y en media hora se acaban”, reconoce el responsable de la farmacia, Mario, que utiliza un cubrebocas en su rostro y prefiere saludar con el codo.
Aunque Mario reconoce que no se niega la venta, sí se controla. Por cliente, solo se entrega un paquete de cubrebocas y un gel antibacterial.
“¿Qué sucede al día de hoy? Desatamos compras de emergencia, compras de pánico, muchas con objetividad, muchas que no pueden ser. Debemos conocer qué sucede con el coronavirus”, llama.
Aunque es la hora del tráfico, cerca de las dos de la tarde, la afluencia de personas en el transporte público también ha bajado. En las estaciones o paradas, algunos optan por utilizar su cubrebocas, y muchos otros, deben continuar sus actividades de la forma más cotidianamente posible.