En el periodo de la pandemia por Covid-19 la violencia contra la mujer se triplicó en Querétaro, al brincar de 279 mujeres violentadas al mes a 680, indicó
Yaneth Angélica Tamayo Ávalos, columnista de Juego de Palabras en Servicio Especial de la Mujer, feminista y defensora de Derechos Humanos.
Recordó que en la última encuesta intercensal del 2016, Querétaro es la quinta entidad más peligrosa para las mujeres, lo que quizá en los medios no se visibiliza, pero en redes sociales sí, porque se han reportado feminicidios y desapariciones.
Expuso que en la plataforma del Instituto Estatal de las Mujeres en enero reportó que había 279 mujeres violentadas y para 680 mujeres; aunque en junio y julio disminuyó, pero no alcanzó el nivel de enero, porque hubo prevalencia de 491 mujeres violentadas en casa.
“La mayor modalidad de violencia que se ejerce en los espacios privados; el 82% son violentadas en casa y los tipos de violencia que se ejercen son la física, psicológica y le sigue el abuso sexual. Querétaro tiene un contexto social muy tradicional y machista; se han triplicado los casos de violencia por razón de género, nuestro sistema cultural social es muy patriarcal”
El contexto de pandemia –analizó- incrementa la violencia al interior de los espacios privados de las mujeres, y en otro donde la transición de la mujer es más empujada como son los procesos electorales, ahí se abre un contexto de violencia para las que deciden participar.
“Entonces, estamos viviendo dos situaciones graves de violencia extrema en contra de las mujeres. La cifra negra pudiera alcanzar el triple de los casos que se reportan; pudiera englobar las personas que se desisten de la denuncia, las mujeres que acuden a denunciar y sus asuntos son archivados, o denuncias mal elaboradas por los abogados o por la Fiscalía”.
Para la feminista, en México no hay avances para cumplir con los compromisos internacionales para erradicar la violencia de género, falta mucho y la carencia se deriva del contexto social en que se vive.
“Hay problemas de estructuras sociales como los roles tradicionales y familiares, que al momento de ir cambiando a favor de las mujeres repercutieron en violencia porque el Estado nunca se ha comprometido en cambiar la visión de la ciudadanía mexicana; seguimos introyectando los roles machistas y patriarcales. México no ha cambiado patrones, ha incluido alertas de género y en teoría perspectiva de género, pero no son un aporte sustancial”.
México –sostuvo- ha combatido la violencia de género de forma formal, a través de normas, de leyes que no han sido eficaces ni eficientes porque en la materia sustantiva, en la materialización no se han cumplido y de nada te sirve tener normas que protejan a las mujeres si no hay un cambio.
“Hace falta la forma en que se concibe a las mujeres. Que desde niños se inculque un enfoque de género y respeto a las mujeres por el simple hecho de ser personas puede cambiar la situación; en cuánto tiempo no lo sé”.
RUMBO AL 2021
El escenario para el 2021 considera que no es alentador, dado que avizora seguirá creciendo la violencia de género en el contexto de pandemia, al no tener una certeza ni jurídica ni social ni económica hará crecer la violencia dentro de los espacios privados.
“La pandemia va para largo y seguirá siendo alta la violencia. Mientras no haya la corresponsabilidad entre ciudadanía y estado las mujeres vamos a seguir en constante riesgo. La violencia de género seguirá exaltada”.
Expone que los colectivos feministas ayudarán a visibilizar y a que la ciudadanía esté más enterada; se visibilizarán más feminicidos, se expondrán más a la realidad social.
“El activismo de mujeres se verá más reflejado, pero también la intolerancia del Estado generará más violencia, como el caso de Cancún. El estado criminaliza a las mujeres, estigmatiza y nos pone en más riesgo no solo en espacios privados o públicos, sino institucional”.