Setecientos 38 días faltan para el domingo 2 de junio de 2024, día de la próxima elección presidencial en México. Sin lugar a dudas una de las más determinantes en la historia nacional.
Se estima que más de 95 millones de mexicanos acudirán a las urnas a elegir al que será el presidente número 66, sucesor del polémico Andrés Manuel López Obrador.
Es claro que esta elección podrá determinar el antes y el después en la historia de México, pues representa el punto de inflexión en el cual habrán de converger quienes le apuestan a dar a México el mejor rumbo y quienes, por encima de todas las cosas, llevan consigo la intención de nuestro país continúe por el rumbo perdido.
El sexenio de López Obrador será más corto, pues con la reforma político-electoral de 2014 se modificaron las fechas de entrega-recepción de los poderes. Dicha reforma estableció que la transición de poder Ejecutivo se realizará el 1 de octubre y no el 1 de diciembre.
López Obrador inició su mandato el 1 de diciembre de 2018 y será el primer Presidente en abandonarlo dos meses antes de cumplir los seis años establecidos, evento que ocurrirá, específicamente, el 1 de octubre de 2024, habiendo gobernado por 2 mil 131 días.
En el 2024 también habrá elecciones en 9 estados del país. Será mucho lo que esté en juego por lo que exige a todos los actores políticos nacionales tomar las cosas muy en serio.
Después de la iniciativa de reforma electoral enviada por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados, el PRI, PAN y PT también han presentado sus respectivas propuestas en esa materia.
Se prevé que la discusión de las mismas se realice después de las elecciones locales del próximo 5 de junio.
Pero a todo esto, y por razones obvias, en el partido donde hay más movimientos electorales con la vista en el junio del 2024, es el partido en el poder.
Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrad, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, no pierden tiempo y oportunidad para placearse y, además de cumplir con su chamba, ir ganando adeptos electorales.
Por parte de la oposición aún no es claro el panorama, si se figura un escenario de una gran alianza PRI - PAN - PRD, la incógnita será si MC se unirá a esta alianza para derrotar a Morena o jugarán solos.
Si va solo MC, complicaría en el escenario la derrota de Morena, pero MC quizás se posicionaría aún más como fuerza política, lo cual no deja de ser atractivo para ellos.
Esos puntos electorales, con los cuales MC puede llegar al 2024, podrían ser la balanza entre derrotar en una alianza opositora a Morena o la continuidad de la 4T y que el país siga por el errático rumbo en el que transita ahora.
Solo queda esperar el desarrollo de los acontecimientos porque la historia ya empieza a escribirse.
