Entre el aroma que desprende la mezcla de especies, la fruta, laverdura y la comida típica como la barbacoa, la pancita, elzacahuil y los tamales se gesta la amistad entre los locatarios quetodos los días se encuentran en el colorido mercado de Jalpan deSerra, pero a pesar del agradable ambiente, los 32 comerciantes queahí trabajan no pueden dejar de preocuparse por el decremento delas ventas.
Audelia Ledezma, originaria de la comunidad de Agua Amarga, deJalpan de Serra, relató que hace 24 años llegó por primera vezal mercado de Jalpan para vender la manzana, el chayote y eldurazno que se daban en su comunidad y al paso del tiempo seconvirtió en una locataria más.
Refiere que le gusta su trabajo, pues mantiene una relaciónamistosa con otros locatarios, una consecuencia del esfuerzo detodos los días, ya que -señaló- se desenvuelven en un ambientesano de competencia.
Audelia recuerda como uno de los cambios más grandes delmercado, la instalación de un techado aproximadamente diez añosatrás, que benefició a todos los locatarios porque les permitiórefugiarse de las inclemencias del clima serrano, aunque, a partirde ello, le parece que hay más competencia y menos clientes.
Los lunes, martes y miércoles, Audelia Ledezma se siente conlos mejores ánimos para atender a su clientela por ser los díasque más se vende la fruta y verdura que le traen desde San LuisPotosí y la capital queretana.
José Hernández, originario de Jalpan, se dedica a la venta deespecies en el mercado desde hace un año y medio y señala que lacompetencia ha crecido considerablemente en este año y medio,“la venta está muy tranquila, hay tiempos buenos y tiempos muymalos”.
Entre los productos que oferta a su clientela, hay algunos quese dan en Jalpan, como el ocote y el jengibre; José Hernández seencuentra todos los días, de ocho a seis de la tarde en el mercadomunicipal.
Margarita Peña González, quien trabaja en la Carnicería laProvidencia, relató que ya tiene 27 años vendiendo en el mercado,pero considera que la clientela no ha crecido mucho y que lamayoría de los puestos están muy escondidos, por lo que algunoslocatarios se han visto obligados a dejar el mercado debido a lasnulas ventas.
Por lo anterior, señala que sería bueno si el gobierno estatalmejorara las instalaciones y aumentara el espacio destinado a laventa para que los productos que ofertan sean más visibles.
Margarita indicó que a pesar de las dificultades que tienen loslocatarios, ya tiene su clientela que prefiere comprar ahí porqueellos ofrecen sólo carne de campo, originaria de la sierra.
Juana Marta Lara, dedicada a la venta de piezas de alfareríadesde hace diez años, señaló que tiene alrededor de 30 años enel mercado de Jalpan, pero antes nada más había aproximadamente15 negocios.
Ella empezó vendiendo abarrotes y frutería, pero se fueronpara abajo porque creció el número de locales, lo que la obligóa cambiar su giro, una decisión que funcionó los primeros días,pero al paso del tiempo las ventas volvieron a bajar porque lacompetencia creció considerablemente; los días que más vende sonlos domingo, lunes y martes.
