Le ofrezco mi cansancio, vengo con mucha fe y me ofrezco a ella, fueron las primeras palabras de Mauricio Valencia al salir de ver a la imagen de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac.
Valencia Hernández, originario del municipio de Pedro Escobedo, compartió que dio gracias a la Virgen por haberlo retirado de las drogas y darle trabajo como albañil, de los que pone piedra en las calles.
“Hice una promesa a la Virgen y ella me ha ayudado mucho, trabajo empedrando calles en Loma Bonita en Querétaro y mi familia está muy contenta de que venga, me dice que le eche ganas y que salga adelante, soy el único de la familia que viene y ellos están felices por eso”.
El joven de tan sólo 23 años de edad, trae consigo una cruz, que lo acompañó todo el trayecto y dijo que si “Dios le da licencia” el próximo año viajará con ella una vez más apoyada en su espalda y hombros.