Empresarios y comerciantes del Centro Histórico presentaron su queja formal a las autoridades municipales por la inseguridad que se vive en la zona, la cual afirman se ha desbordado en los últimos meses y afecta a ciudadanos y a negocios.
El presidente de la Alianza por el Centro Histórico, Ricardo Rabell Dávalos, mantuvo reuniones con el delegado Octavio Mata Rivera y afirmó que las autoridades se comprometieron a tomar medidas de seguridad.
"Estamos muy preocupados por la situación y citamos a nuestros compañeros habitantes y comerciantes. El acuerdo al que llevamos es trabajar más con las autoridades y la parte que nos toca a los ciudadanos, porque hay un problema grave, como el caso de las personas en situación de calle".
Informó, además, que entre las medidas realizarán algunos rondines nocturnos con la policía municipal, así como la de realizar denuncias ante las autoridades cada que ocurra un caso. Asimismo, añadió las zonas de mayor riesgo en el Centro Histórico.
"Tenemos detectadas algunas zonas conflictivas como lo son el andador Arteaga, la plazuela Mariano de las Casas, Universidad con calle Juárez y otros puntos más. Hace días tuvimos un asesinato y es algo que no se debe de tolerar, puesto que no podemos permitir situaciones de violencia que puedan quitarnos la tranquilidad”.
Añadió que la ciudad de Querétaro ha crecido en demasía, lo que provoca la migración constante, motivo por el que los vecinos y comerciantes externaron su preocupación, pues a su vez ha aumentado el número de personas en situación de calle, lo que ha ocasionado también problemas de inseguridad.
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Ante ello, pidió a la población en general evitar darles dádivas puesto que, aseguró, esto ocasiona que sigan permaneciendo en el Centro Histórico, pues se han percatado de que estas personas logran ingresar hasta mil 500 pesos en un día, por lo que cada vez aumenta esta población.
Finalmente, solicitó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) las facilidades para las instalaciones de los botones de pánico, pues es preciso priorizar la seguridad de los ciudadanos antes que la seguridad de los edificios, sobre todo en una zona donde se han presentado múltiples robos, asaltos y asesinatos.