Comerciantes de puestos de comida nocturnos del Centro Histórico se encadenaron a las ventanas del Palacio de Gobierno para exigir que sus peticiones de extensión en los tiempos que se les tiene permitido vender, sean tomadas en cuenta “queremos que nos regresen nuestros horarios y que nos dejen trabajar normal”, expresaron.
Puesto que venden tacos, esquites y hot dogs, el horario contemplado en su permiso de funcionamiento es por las noches; sin embargo, durante el tiempo que va de la pandemia de Covid-19, ha habido ocasiones en las que únicamente han podido vender durante una hora al día.
“Nosotros no hemos recibido ninguna ayuda y no la queremos, con lo poco o mucho que saquemos de nuestro trabajo nos basta”, sostuvo Elizabeth, una de las manifestantes.
Aseguraron que son conscientes de la situación que se vive por la contingencia sanitaria, y que es complicado que sus ingresos sean los mismos que los que recibían por sus ventas en un momento previo a la pandemia, sin embargo, no pueden siquiera anticiparse a montar sus puestos porque Inspección pide que se apeguen al horario de inicio contemplado en la licencia.
Los permisos contemplan la venta de las 7 de la noche a las 3 de la mañana, por lo que mientras duró el escenario “C”, sólo podían ofrecer sus productos durante unos minutos, por el tiempo que les toma abrir y recoger su mercancía para poder cerrar a las 8 de la noche. Ahora, con el cambio hacia el escenario “B”, cierran a las 10, por lo que piden que se extienda un poco más, puesto que sigue siendo muy complicado vender lo suficiente para subsistir.
Asimismo, solicitan se les considere como a negocios más grandes, restaurantes o centros comerciales, puesto que, a diferencia de los anteriores, los pequeños comerciantes han padecido mucho más las consecuencias de la pandemia; aún así, reconocieron “no hay mucha gente, pero la poca que pasa sí nos compra
Aseguraron que llevan cuatro meses tratando de establecer diálogo con las autoridades municipales y estatales, sin haber obtenido una respuesta hasta ahora “al contrario, llegan los inspectores y son agresivos, nos quitan y corren a nuestros clientes, nos tratan como si fuéramos criminales y venimos a trabajar”, lamentaron.