Luego de la cancelación de la peregrinación a pie a San Juan de los Lagos, Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro, señaló que las fiestas religiosas están sujetas a la semaforización del momento, por lo que acorde a este definirán la realización o no de eventos durante el año, a fin de evitar el contagio por Covid-19.
"Ahora, gracias a Dios, en Querétaro seguimos con semáforo verde y aunque sea así, los protocolos no hay que olvidarlos. Sobre las fiestas, aún en este momento hemos seguido las celebraciones que el señor Obispo ha dispuesto; no han cambiado en el sentido de que hemos evitado lo más posible las reuniones masivas", indicó.
Enfatizó en que la iglesia católica ha seguido los protocolos señalados por las autoridades de salud, principalmente en los aforos dentro de las celebraciones de misa, por lo que mantendrán dichas medidas acorde a las disposiciones y semáforos en que se encuentre el estado.
Sobre la celebración del Día de la Candelaria, refirió su importancia dentro de las festividades religiosas, explicando su origen y significado simbólico de cada uno de los elementos como los tamales y el llevar a bendecir al Niño Dios en las iglesias de la ciudad.
"Candelaria o candela significa vela, y era una procesión con antorchas practicada en Jerusalén desde el año 440 más o menos. En muchos lugares y países es día de fiesta", mencionó.
Añadió que en México se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el Niño Dios en la rosa de Reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelaria, por lo que habrá que vestirlo y engalanarlo; una tradición remarcada en la ciudadanía.
"En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante un año", manifestó el vocero.
Finalmente, explicó que los tamales eran alimento indígena y que los misioneros encontraron en ellos un simbolismo de la Eucaristía. Asimismo, respecto a las bebidas, los aztecas tomaban chocolátl, y con los españoles se les añadió el azúcar, por lo que se mantuvo dicha costumbre hasta la fecha.