La policía de Frederiction, capital de la provincia canadiense en la costa este de New Brunswick, dio a conocer el nombre de la tercera víctima fatal del ataque masivo del viernes.
Se trata del músico Donnie Robichaud, quien al parecer vivía en el edificio de departamentos donde se registró el tiroteo en donde también murieron dos policías que atendieron la emergencia, así como una mujer adulta cuya identidad aún no ha sido revelada.
Según testimonios de los vecinos, el bajista Donnie Robichaud, de 42 años y padre de tres hijos, era una persona tranquila por lo que se piensa que podría ser una víctima azarosa.
El hecho de que hayan muertos dos oficiales de policía, Robb Costello, de 45 años; y Sarah May Burns, de 43 años; recuerda a la población de esa provincia el ataque que se registró en junio de 2014 en la ciudad de Moncton, en la misma provincia, donde el joven de 24 años Justin Bourque disparó contra cinco oficiales de la Real Policía Montada de Canadá matando a tres de ellos e hiriendo a otros dos.
La viuda de uno de estos oficiales, Angela Gevaudan, alertó sobre la necesidad de atender a las personas con problemas mentales, algunas de ellas ven a los oficiales de la RCMP o policías como blanco de sus ataques.
Desde 1975 han muerto 284 policías en cumplimiento de su deber, de acuerdo con cifra oficiales. En 2019 el 80 por ciento de los policías que murieron en un incidente violento no llevaban chaleco antibalas.
Una de las demandas es que los policías cuenten con mejor equipo para enfrentar a los atacantes, aunque en opinión de Tom Stamatakis, presidente de la Asociación Canadiense de Policía, a pesar de que un oficial reciba el equipo y entrenamiento adecuados “nunca estaremos completamente preparados”, reveló a la televisora CBC News.
El atacante del viernes, Matthew Vincent Raymond, de 48 años de edad, residente de Frederiction, está hospitalizado por las heridas recibidas en el enfrentamiento con la policía. Se desconoce si en el tiroteo registrado el viernes hubo más heridos.
El tiroteo del viernes es el tercero en Canadá en menos de cuatro meses, lo que ha despertado la polémica en torno al control y venta de armas.
El alcalde de Toronto, John Tory, donde se registraron los otros dos ataques masivos, ha pedido que se prohíba la venta de armas en esta ciudad, pero el gobernador conservador Doug Ford, cuya política conservadora y pro empresarial ha sido asemejada con la del presidente estadunidense Donald Trump, se opone a la prohibición de poseer armas.
