Un intento de desalojo de ambulantes desató la furia de los comerciantes informales, quienes cansados de que no los dejaran trabajar y de ser vejados por su ascendencia indígena golpearon a los inspectores municipales que intentaron quitarlos de los alrededores de la Plaza de Armas.
Fue el lunes 24 por la tarde, cuando comerciantes ambulantes indígenas que venden sus artesanías, pretendían instalarse para ofrecer muñecas, bolsas, bordados ,manualidades y regalos de Navidad a los turistas y paseantes en el Andador 5 de Mayo, la Plancha de la Plaza de Armas y los cafés en los portales.
Ante esta situación y queriendo meter en cintura a los ambulantes por no contar con los permisos necesarios, personal de la Dirección de Inspección al Comercio y Espectáculos del Municipio de Querétaro implementaron un operativo para el retiro de los vendedores.
Al intentar desalojar a uno de ellos instalado en la esquina de Pasteur y 5 de Mayo, se desató la violencia, pues sin mediar palabras, los inspectores municipales llegaron y recogieron la mercancía del improvisado puesto.
Esto provocó el enojo de otros de sus compañeros quienes estaban cansados de los abusos por la forma en que los inspectores se apoderaban de sus mercancías, además de impedirles su actividad comercial, por lo que se formó una turba y sobre de uno de los inspectores se le abalanzaron a golpes.
Al percatarse de esta situación, más inspectores llegaron en auxilio del compañero golpeado, a quien protegieron de la enardecida turba con sus cuerpos junto a una pared, ni sin antes también llegar algunos dirigentes de organizaciones sociales a los que están adheridos los comerciantes para indicarles a los inspectores que se retiraran y dejaran en paz a los ambulantes.
En ese momento más inspectores llegaron para calmar los ánimos, pero los ambulantes empezaron a defenderse tomando sillas de los cafés de la zona para aventarlas al personal del ayuntamiento capitalino.
Los videos que circularon a través de redes sociales, se muestran momentos en que los ambulantes agreden a los inspectores, sin embargo, pese a encontrarse a unos cuantos metros del Palacio de la Corregidora, ninguna autoridad, ni Policía Estatal ni Municipal hicieron nada por guardar el orden y la seguridad en las calles aledañas a Plaza de Armas.
