El Cercis siliquastrum, conocido como árbol del amor, por la forma de corazón de sus hojas, árbol de Judas o de Judea, de donde se supone originario. Su nombre genérico, Cercis, deriva del griego kerkis (lanzadera) y alude a la semejanza de sus vainas con un elemento de los telares.
Se trata de un árbol caducifolio, cuya altura habitual se sitúa entre 4 y 6 metros. Alcanza su máximo crecimiento sobre los veinte años. Al comienzo de la primavera se cubre de flores rosas, que aparecen antes que las hojas.
Las hojas son simples, alternas, glabras, de redondeadas a cordiformes, de 7 a 11 centímetros de longitud, con el ápice redondeado y pecioladas. La inervación es palmeada. Son de color verde claro en el haz y de tono ligeramente gris azulado en el revés. Las hojas jóvenes pueden tener una tonalidad rosada y aparecen a finales de abril.
Un antiguo mito dice que en un ejemplar de esta especie se ahorcó Judas Iscariote después de traicionar a Cristo, por ello se le da el nombre de árbol de Judas, lo que probablemente sea una adecuación del nombre común en francés "Arbre de Judée" que significa árbol de Judea, refiriéndose a la región que le dio origen.
Investigando el tema, encontramos que su llegada a Europa tuvo lugar en la época de las cruzadas (año 1200) y su primer destino fue Francia. Desde ese momento su extensión por muchos países muy rápida. Apareció frecuentemente en los herbarios de los siglos XVI y XVII.
En la época del Imperio bizantino era uno de los árboles que en mayor número crecían en Constantinopla, en las riberas del Bósforo. Su color morado purpúreo era de la predilección de los emperadores bizantinos, era el color imperial.
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