DESAIRE. A Juan José Jiménez le bastaron 5 meses en el Senado para sentirse con tamaños de ser candidato a gobernador de Querétaro postulado por el partido Morena en el 2021, olvidando así su plan original de buscar la alcaldía capitalina. De eso, más otras quimeras, ya tenía convencido a Ricardo Monreal Ávila, su coordinador en la Cámara Alta, quien vino la semana pasada al informe en el Teatro de la República con la idea de que iba a ver el gran músculo y arrastre popular de su amigo Jiménez. Pero, oh decepción, después del anémico evento y de las muy notables ausencias el zacatecano se inventó un llamado “urgente” a Palacio Nacional con tal de no quedarse a comer. Mil disculpas. Y se fue.
CELOS. No obstante el desaire, desde entonces la ojeriza contra Jiménez creció dentro de Morena Querétaro porque enseñó sus intenciones. Los del grupo de Carlos Peñafiel, afines a Yeidckol Polevnsky y por extensión rivales del grupo Monreal, levantaron sus antenitas de vinyl y le pondrán marcaje personal. Lo mismo hará Gilberto Herrera, que nunca ha logrado amarrar padrinazgo de ningún General y que a estas alturas anda celoso de todo. No se quieren nada.
SOLO. Otro Juan José, pero de apellido Ruiz y en el PRI, se las sigue viendo negras, pero ahora porque el miércoles vendrá a Querétaro su candidato “oficial” Alejandro “Alito” Moreno y no tiene planchado nada. Así que en los eventos y en la cena previa van a surgir viejas críticas contra la muy solitaria gestión del joven Juan José Ruiz.