/ lunes 20 de septiembre de 2021

Desde la Izquierda | Justifiquemos la corrupción

El presidente salió en defensa de Delfina Gómez, Secretaria de Educación, por sus delitos cometidos en materia electoral, asociación delictuosa, uso ilícito de atribuciones, peculado, abuso de autoridad y coalición de servidores públicos, entre otros, por el financiamiento de campañas hechas a través de retenciones y desviaciones ilegales, arbitrarias y deshumanizadas del salario que hizo a los trabajadores siendo Presidenta municipal de Texcoco.

Hoy fue Delfina, ayer Barlett, en medio de esto sus hermanos Pío y Martín, su prima Felipa, los moches del ejército, los contratos del IMSS, Epigmenio Ibarra evadiendo impuestos, el nepotismo en Pemex, Ana Guevara y la CONADE, las adjudicaciones directas opacas, las casas de Irma Eréndira, los desvíos acreditados en programas sociales y delegaciones del Bienestar, la línea 12 del metro, Ovidio etc, a todos ellos los ha excusado; en este caso jamás habló de lo evidente, más allá de una intencionalidad política, hay un hecho de corrupción del cual no dijo ni media palabra.

Justificar a funcionarios y familiares es ya una normalidad, el comparativo, según él, de que no vive con lujos, la avala para desviar dinero del erario hacia su partido; sus colaboradores pasan a cada rato por los ojos invidentes de la Función Pública, la fiscalía y sus mañaneras que no ven nada anormal en sus acciones, roban pero poquito, menos que el PRI.

Corrupción y delincuencia dominan nuestra situación, de ahí nuestro precario crecimiento económico, pero a esto hay que agregarle un componente más, Delfina Gómez no está comprometida con el tema de la educación, la razón es la visión de su jefe, sus políticas educacionales están orientadas a producir ciudadanos con poca educación, eso garantiza ciudadanos desinformados, que no conozcan de los casos de corrupción, que no puedan juzgar a sus funcionarios en futuras elecciones; basta su magnánima bendición patriarcal para inmacular a cuanto funcionario se vea envuelto en ilícitos, vengan de donde vengan.

El combate a la corrupción arroja otros datos, desde la reforma anticorrupción de 2015 se esperaba un gran cambio institucional, pero terminó siendo sólo parte del entramado constitucional que en términos reales resultó simple retórica con alguna salvedades, como la ley de responsabilidades administrativas; su homologación a nivel local y federal; la inclusión de particulares y personas morales entre aquellos que pueden ser sancionados por estos ilícitos; el Sistema Nacional Anticorrupción, los Tribunales Anticorrupción y el Comité de Participación Ciudadana.

Es falso que el combate a la corrupción sea la parte central de la agenda política del presidente, ser funcionario de la 4T se equipara a comprar un boleto de impunidad, no hay compromiso con el estado de derecho; el no pasa nada, hace que se desestime la cultura de la legalidad sin considerar el mal social que ello representa. La justificación manda un mal mensaje a los ciudadanos, pero sobre todo a sus partidarios y más aquellos que son defensores a ultranza de su gobierno, piensan que las acciones contra la corrupción no sirven de nada, que no tiene solución y que podemos convivir con ella de manera generalizada, más que criminalizarla o inhibirla se vuelve un incentivo para cometerla. Bienvenido Quirino, Viva México ca…!!!



Mis redes : ulisesgrmx@yahoo. com.mx

Facebook @Ulises Gómez R

Twitter @ Ulisesgrmx

El presidente salió en defensa de Delfina Gómez, Secretaria de Educación, por sus delitos cometidos en materia electoral, asociación delictuosa, uso ilícito de atribuciones, peculado, abuso de autoridad y coalición de servidores públicos, entre otros, por el financiamiento de campañas hechas a través de retenciones y desviaciones ilegales, arbitrarias y deshumanizadas del salario que hizo a los trabajadores siendo Presidenta municipal de Texcoco.

Hoy fue Delfina, ayer Barlett, en medio de esto sus hermanos Pío y Martín, su prima Felipa, los moches del ejército, los contratos del IMSS, Epigmenio Ibarra evadiendo impuestos, el nepotismo en Pemex, Ana Guevara y la CONADE, las adjudicaciones directas opacas, las casas de Irma Eréndira, los desvíos acreditados en programas sociales y delegaciones del Bienestar, la línea 12 del metro, Ovidio etc, a todos ellos los ha excusado; en este caso jamás habló de lo evidente, más allá de una intencionalidad política, hay un hecho de corrupción del cual no dijo ni media palabra.

Justificar a funcionarios y familiares es ya una normalidad, el comparativo, según él, de que no vive con lujos, la avala para desviar dinero del erario hacia su partido; sus colaboradores pasan a cada rato por los ojos invidentes de la Función Pública, la fiscalía y sus mañaneras que no ven nada anormal en sus acciones, roban pero poquito, menos que el PRI.

Corrupción y delincuencia dominan nuestra situación, de ahí nuestro precario crecimiento económico, pero a esto hay que agregarle un componente más, Delfina Gómez no está comprometida con el tema de la educación, la razón es la visión de su jefe, sus políticas educacionales están orientadas a producir ciudadanos con poca educación, eso garantiza ciudadanos desinformados, que no conozcan de los casos de corrupción, que no puedan juzgar a sus funcionarios en futuras elecciones; basta su magnánima bendición patriarcal para inmacular a cuanto funcionario se vea envuelto en ilícitos, vengan de donde vengan.

El combate a la corrupción arroja otros datos, desde la reforma anticorrupción de 2015 se esperaba un gran cambio institucional, pero terminó siendo sólo parte del entramado constitucional que en términos reales resultó simple retórica con alguna salvedades, como la ley de responsabilidades administrativas; su homologación a nivel local y federal; la inclusión de particulares y personas morales entre aquellos que pueden ser sancionados por estos ilícitos; el Sistema Nacional Anticorrupción, los Tribunales Anticorrupción y el Comité de Participación Ciudadana.

Es falso que el combate a la corrupción sea la parte central de la agenda política del presidente, ser funcionario de la 4T se equipara a comprar un boleto de impunidad, no hay compromiso con el estado de derecho; el no pasa nada, hace que se desestime la cultura de la legalidad sin considerar el mal social que ello representa. La justificación manda un mal mensaje a los ciudadanos, pero sobre todo a sus partidarios y más aquellos que son defensores a ultranza de su gobierno, piensan que las acciones contra la corrupción no sirven de nada, que no tiene solución y que podemos convivir con ella de manera generalizada, más que criminalizarla o inhibirla se vuelve un incentivo para cometerla. Bienvenido Quirino, Viva México ca…!!!



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