/ lunes 15 de abril de 2019

El Campo de los Sueños

Jackie


En caso de que el día de hoy, 15 de abril, tengas la oportunidad de ver un rato de algún partido de las Grandes Ligas de Béisbol, notarás algo distinto, todos los peloteros portarán en su espalda el número 42 en honor de Jackie Robinson, quien un día como hoy pero de 1947 rompió la barrera de color en el deporte organizado de la Unión Americana. Fuera de esta fecha y después del retiro de Mariano Rivera en el 2013, ningún pelotero en la Gran Carpa puede portar este mítico número.

Jack Roosevelt Robinson nació en Georgia, Estados Unidos de América, el 31 de enero de 1919. Hijo de un campesino y nieto de un esclavo afro americano. Desde temprana edad, Jackie, fue un atleta destacado, lo que le permitió ingresar a UCLA donde sobresalió en cuatro disciplinas: béisbol atletismo, futbol americano y basquetbol.

Para 1945 Robinson jugaba como parador en corto para los Monarcas de Kansas City en la Negro League, cuando la organización de los Dodgers de Brooklyn solicitó una reunión con él. Al ingresar a la oficina del presidente del equipo, Branch Rickey, y estrechar su mano, Robinson nunca imaginó que estaba llamado a cambiar no solo la fisonomía del deporte más popular de Estados Unidos, sino a ser parte fundamental de la lucha en contra de la segregación y en favor de los Derechos Civiles.

Branch Rickey más que un conocedor del Rey de los Deportes era un ejecutivo avezado. Llevaba años planeando la incorporación de jugadores de color a los Dodgers, más allá de cuestiones civiles, Rickey observaba el crecimiento en popularidad y en talento de la Negro League. No menos importante, el que Brooklyn fuera el primer equipo en tener en sus filas a un jugador afro americano, le garantizaba un Ebbets Field al tope de asistencias.

El presidente de los Dodgers, se tomó su tiempo para elegir al pelotero que rompería la barrera de color, observó a cientos de ellos, hasta que se inclinó por Jackie Robinson, motivado por su gran versatilidad en el terreno de juego y su fuerte carácter. Duke Snider, compañero de Robinson por varios años lo describió a la perfección: “Jackie Robinson es el más grande competidor que he visto. Lo he observado vencer a un equipo con el bate, con el guante, con los pies y en un juego en Chicago, con su boca”.

El año de 1946, Jackie lo pasó en las sucursales de los Dodgers, específicamente en el equipo de Triple A, los Reales de Montreal, donde bateó para .349 con 40 bases robadas. Para el arranque de la temporada de 1947, y pese a la oposición de los demás directivos de las Grandes Ligas, Rickey convocó a Robinson al primer equipo con quien debutó un 15 de abril entre miles de abucheos y aplausos.

Los primeros años de Jackie en las Grandes Ligas fueron muy complicados, sufrió vejaciones, insultos, escupitajos, pelotazos intencionales, agresiones por parte de sus propios compañeros, amenazas de muerte e incluso el hostigamiento por parte del Ku Klux Klan, pero su gran carácter y su pasión para jugar al béisbol hicieron que a la brevedad se ganará el respeto de buena parte de la gente involucrada en el Rey de los Deportes.

Jackie Robinson y Branch Rickey cruzaron la barrera de color antes incluso de que se diera en otras actividades en Norteamérica. Lo hicieron un año antes de que Truman permitiera la integración en la milicia, siete años antes de que la Suprema Corte declarara inconstitucional la segregación, ocho años antes de que Rosa Parks se negará a sentarse en un autobús en la sección asignada para los afro americanos y diecisiete años antes de que el presidente Lyndon B. Johnson promulgará la Ley de Derechos Civiles que declaraba ilegal la segregación racial.

El número 42 de los Dodgers de Brooklyn le enseñó a la humanidad que todo es posible con tenacidad, confianza en si mismo y amor por lo que se hace

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

Jackie


En caso de que el día de hoy, 15 de abril, tengas la oportunidad de ver un rato de algún partido de las Grandes Ligas de Béisbol, notarás algo distinto, todos los peloteros portarán en su espalda el número 42 en honor de Jackie Robinson, quien un día como hoy pero de 1947 rompió la barrera de color en el deporte organizado de la Unión Americana. Fuera de esta fecha y después del retiro de Mariano Rivera en el 2013, ningún pelotero en la Gran Carpa puede portar este mítico número.

Jack Roosevelt Robinson nació en Georgia, Estados Unidos de América, el 31 de enero de 1919. Hijo de un campesino y nieto de un esclavo afro americano. Desde temprana edad, Jackie, fue un atleta destacado, lo que le permitió ingresar a UCLA donde sobresalió en cuatro disciplinas: béisbol atletismo, futbol americano y basquetbol.

Para 1945 Robinson jugaba como parador en corto para los Monarcas de Kansas City en la Negro League, cuando la organización de los Dodgers de Brooklyn solicitó una reunión con él. Al ingresar a la oficina del presidente del equipo, Branch Rickey, y estrechar su mano, Robinson nunca imaginó que estaba llamado a cambiar no solo la fisonomía del deporte más popular de Estados Unidos, sino a ser parte fundamental de la lucha en contra de la segregación y en favor de los Derechos Civiles.

Branch Rickey más que un conocedor del Rey de los Deportes era un ejecutivo avezado. Llevaba años planeando la incorporación de jugadores de color a los Dodgers, más allá de cuestiones civiles, Rickey observaba el crecimiento en popularidad y en talento de la Negro League. No menos importante, el que Brooklyn fuera el primer equipo en tener en sus filas a un jugador afro americano, le garantizaba un Ebbets Field al tope de asistencias.

El presidente de los Dodgers, se tomó su tiempo para elegir al pelotero que rompería la barrera de color, observó a cientos de ellos, hasta que se inclinó por Jackie Robinson, motivado por su gran versatilidad en el terreno de juego y su fuerte carácter. Duke Snider, compañero de Robinson por varios años lo describió a la perfección: “Jackie Robinson es el más grande competidor que he visto. Lo he observado vencer a un equipo con el bate, con el guante, con los pies y en un juego en Chicago, con su boca”.

El año de 1946, Jackie lo pasó en las sucursales de los Dodgers, específicamente en el equipo de Triple A, los Reales de Montreal, donde bateó para .349 con 40 bases robadas. Para el arranque de la temporada de 1947, y pese a la oposición de los demás directivos de las Grandes Ligas, Rickey convocó a Robinson al primer equipo con quien debutó un 15 de abril entre miles de abucheos y aplausos.

Los primeros años de Jackie en las Grandes Ligas fueron muy complicados, sufrió vejaciones, insultos, escupitajos, pelotazos intencionales, agresiones por parte de sus propios compañeros, amenazas de muerte e incluso el hostigamiento por parte del Ku Klux Klan, pero su gran carácter y su pasión para jugar al béisbol hicieron que a la brevedad se ganará el respeto de buena parte de la gente involucrada en el Rey de los Deportes.

Jackie Robinson y Branch Rickey cruzaron la barrera de color antes incluso de que se diera en otras actividades en Norteamérica. Lo hicieron un año antes de que Truman permitiera la integración en la milicia, siete años antes de que la Suprema Corte declarara inconstitucional la segregación, ocho años antes de que Rosa Parks se negará a sentarse en un autobús en la sección asignada para los afro americanos y diecisiete años antes de que el presidente Lyndon B. Johnson promulgará la Ley de Derechos Civiles que declaraba ilegal la segregación racial.

El número 42 de los Dodgers de Brooklyn le enseñó a la humanidad que todo es posible con tenacidad, confianza en si mismo y amor por lo que se hace

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

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