/ sábado 14 de octubre de 2023

Lo que no nos define | Más allá de las posturas


En el marco del prolongado conflicto entre Israel y Gaza, es esencial adoptar un enfoque de análisis reflexivo en lugar de precipitarse en la búsqueda de soluciones y la adopción de posturas apresuradas. Por esta razón, en esta columna, he optado por basar mi análisis en dos artículos: "The Hamas Horror is Also a Lesson on the Price of Populism" y "Understanding Hamas's Genocidal Ideology", ya que en la actualidad, cuando tratamos asuntos de política internacional, es imperativo contar con una perspectiva amplia y diversa.

Este conflicto, profundamente arraigado en una historia de colonialismo, escapa a las soluciones binarias occidentales que a menudo tratamos de imponer. A su vez, el antisemitismo ha sido una fuente significativa de tensión y hostilidad en torno a este conflicto. Ejemplos claros de esto se encuentran en los documentos de 1988 y 2017 del grupo Hamas, que expresan su deseo de destruir Israel y perpetuar estereotipos antisemitas.

Sin embargo, cuando se habla de Israel tampoco no se puede evitar advertir que el populismo ha desempeñado un papel crucial en la disfunción de un Estado, donde el liderazgo de Benjamin Netanyahu aunado a la reciente coalición de líderes populistas y mesiánicos –con su retórica polarizadora y divisiva– han debilitado la capacidad del gobierno para abordar eficazmente los problemas tanto internos como externos.

En este contexto, es fundamental tener en cuenta el papel del terrorismo en esta dinámica. Hamas, un grupo clasificado como tal, manifiesta de manera inequívoca su objetivo de erradicar a Israel como condición primordial para la emancipación de Palestina y el establecimiento de un estado teocrático, promoviendo la yihad como su estrategia para alcanzar dicho fin, al tiempo que muestra un desdén deliberado por cualquier tipo de resolución negociada, incluida la convivencia entre religiones y pueblos en la región.

No obstante, el conflicto no se limita únicamente a eso y tampoco es apropiado compararlo con eventos históricos pasados, como se ha hecho en ocasiones. Por lo que en medio de esta complejidad, analizar el conflicto requiere un acto de prudencia en lugar de precipitación. Es esencial comprender las causas y motivaciones subyacentes; pues a lo largo de la historia, el profundo antisemitismo y el colonialismo han dejado una huella indeleble en este conflicto.

Como ya mencionaba, adoptar enfoques occidentales y binarios no resulta adecuado al abordar cuestiones de una complejidad significativa; pues con frecuencia, estas perspectivas nos impiden apreciar las complejidades más profundas subyacentes.

Por lo tanto, cuando se trata de tomar posición, es esencial que en el marco de la acción de las potencias internacionales, se dé prioridad a la seguridad y al respeto humanitario, siguiendo rigurosamente las normas del derecho internacional; ya que a pesar de que las motivaciones palestinas podrían parecer legítimas, el terrorismo internacional nunca debe tener cabida en una mesa de negociación.


¿O serán las posturas lo que no nos definen?


  • Consultor y profesor universitario

  • Twitter: Petaco10marina

  • Facebook: Petaco Diez Marina

  • Instagram: Petaco10marina



En el marco del prolongado conflicto entre Israel y Gaza, es esencial adoptar un enfoque de análisis reflexivo en lugar de precipitarse en la búsqueda de soluciones y la adopción de posturas apresuradas. Por esta razón, en esta columna, he optado por basar mi análisis en dos artículos: "The Hamas Horror is Also a Lesson on the Price of Populism" y "Understanding Hamas's Genocidal Ideology", ya que en la actualidad, cuando tratamos asuntos de política internacional, es imperativo contar con una perspectiva amplia y diversa.

Este conflicto, profundamente arraigado en una historia de colonialismo, escapa a las soluciones binarias occidentales que a menudo tratamos de imponer. A su vez, el antisemitismo ha sido una fuente significativa de tensión y hostilidad en torno a este conflicto. Ejemplos claros de esto se encuentran en los documentos de 1988 y 2017 del grupo Hamas, que expresan su deseo de destruir Israel y perpetuar estereotipos antisemitas.

Sin embargo, cuando se habla de Israel tampoco no se puede evitar advertir que el populismo ha desempeñado un papel crucial en la disfunción de un Estado, donde el liderazgo de Benjamin Netanyahu aunado a la reciente coalición de líderes populistas y mesiánicos –con su retórica polarizadora y divisiva– han debilitado la capacidad del gobierno para abordar eficazmente los problemas tanto internos como externos.

En este contexto, es fundamental tener en cuenta el papel del terrorismo en esta dinámica. Hamas, un grupo clasificado como tal, manifiesta de manera inequívoca su objetivo de erradicar a Israel como condición primordial para la emancipación de Palestina y el establecimiento de un estado teocrático, promoviendo la yihad como su estrategia para alcanzar dicho fin, al tiempo que muestra un desdén deliberado por cualquier tipo de resolución negociada, incluida la convivencia entre religiones y pueblos en la región.

No obstante, el conflicto no se limita únicamente a eso y tampoco es apropiado compararlo con eventos históricos pasados, como se ha hecho en ocasiones. Por lo que en medio de esta complejidad, analizar el conflicto requiere un acto de prudencia en lugar de precipitación. Es esencial comprender las causas y motivaciones subyacentes; pues a lo largo de la historia, el profundo antisemitismo y el colonialismo han dejado una huella indeleble en este conflicto.

Como ya mencionaba, adoptar enfoques occidentales y binarios no resulta adecuado al abordar cuestiones de una complejidad significativa; pues con frecuencia, estas perspectivas nos impiden apreciar las complejidades más profundas subyacentes.

Por lo tanto, cuando se trata de tomar posición, es esencial que en el marco de la acción de las potencias internacionales, se dé prioridad a la seguridad y al respeto humanitario, siguiendo rigurosamente las normas del derecho internacional; ya que a pesar de que las motivaciones palestinas podrían parecer legítimas, el terrorismo internacional nunca debe tener cabida en una mesa de negociación.


¿O serán las posturas lo que no nos definen?


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