Repleto de bares, restaurantes y casas de té tradicionales, el barrio de Gion, en Kioto, es conocido por ser el «barrio de las geishas». Se podría decir que es el barrio más emblemático de la ciudad. Cada día, cientos de turistas recorren sus calles con la ilusión de encontrar una de estas enigmáticas mujeres que van o vuelven del trabajo. El asombro que produce toparse con ellas es realmente especial, y parte del espectáculo radica en las reacciones de los turistas y transeúntes al verlas pasar.
Sin embargo, en Kioto no hay geishas. El término geisha es utilizado en otras ciudades de Japón, como Tokio. En Kioto se dice geiko. Y para llegar a ser una geiko se requieren muchos años de formación divididos en tres fases.
La primera etapa, la más larga de las tres, comienza generalmente desde la niñez y se llama shikomi. Es una etapa de aprendizaje y servicio. Para ascender a la segunda etapa (minarai) es necesario aprobar exámenes de danza, música y dominio de determinadas artes. La etapa minarai se concentra en el entrenamiento de campo. A partir de este momento las mujeres pueden trabajar en cierto tipo de eventos o colaborar en algunas casas de té. Después de un tiempo, llega la última etapa, la más conocida de ellas, donde obtienen el título de maiko. Una maiko es una aprendiz de geiko y, en la mayoría de los casos, son maiko las mujeres que vemos en la calle pasar (las geiko, por su estatus, difícilmente saldrán a las calles con su atuendo «de trabajo»). Como dato adicional, una geisha de Tokio no recibe el mismo proceso de entrenamiento que una geiko de Kioto, es más corto.
La imagen que normalmente asociamos con una geisha (o geiko) es, en realidad, la de una maiko. Identificarlas es fácil una vez que se conocen sus características. En primer lugar, el maquillaje: las maiko utilizan un maquillaje blanco que normalmente las geiko no usan más (ya que están listas para mostrar su belleza verdadera). Además, la manera de maquillar los labios es diferente. Por otro lado, el atuendo. Entre otras cosas, el kimono es más colorido en una maiko y mucho más discreto en una geiko. Lo mismo sucede con el eri (cuello del kimono) y el obi (cinturón o faja ancha de tela que se usa para atar el kimono). Y, por último, los accesorios.
Muchos mitos rodean a estas mujeres, rompamos el primero: no le llamen geisha, es una maiko.
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