El exilio del tiempo es más despiadado que aquel del espacio. Mi infancia me hace falta de manera más atroz que mi propio país.
Dany Laferrière, L'énigme du retour
Tanto se ha escrito sobre la infancia y parece que nunca hay palabras suficientes para invocarla, evocarla, añorarla, culparla. Los niños son un recordatorio de lo que fuimos y un espejo donde al mirarnos nos preguntamos en quién nos hemos convertido.
Con el paso de los años, el tema de la niñez ha tomado un lugar especial en mi trabajo de fotografía. A través de los viajes he podido retratar los rostros y miradas de niños y niñas que encierran todo tipo de historias. He capturado su inocencia, su ilusión, su alegría de vivir y también he descubierto adultos precoces, con una madurez y dureza encerradas en un cuerpo diminuto que apenas están aprendiendo a coordinar. Y los dos extremos conmueven. Me atrevería a decir que los niños no son el futuro, sino más bien el presente.
Y para entender nuestro presente tal vez tendríamos que mirar más y mejor a esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par *.
Aquí dejo algunas historias:
Jaipur, India
La cantidad de niños en la India es impresionante. No ocultan su curiosidad ante los extranjeros y piden que les tomemos fotografías para después ver la imagen en la pantalla. Muchos de ellos tienen que hacerse cargo de sus hermanos desde que son muy pequeños, así que es natural ver a niños que apenas caminan cargando un bebé por la calle.
Barcelona, España
El furor que causan las burbujas de jabón en una tarde de verano junto al Arco del Triunfo.
Querétaro, México
Un grupo de estudiantes se prepara para la visita de unos de los edificios emblemáticos en la historia de nuestro país: la Casa de la Corregidora, ahora Palacio de Gobierno de Querétaro.
San Antonio de los Ríos, Aguascalientes, México
Desde temprano estos niños aguardaban el paso del grupo de competidores de La Carrera Panamericana. En esa espera, me preguntaban de qué países venían y qué marcas de auto conducían. Al mencionar cada uno de los nombres: Canadá, Francia, Suecia, Suiza, etc., los niños gritaban de asombro y se frotaban las manos con emoción.
Santa Mónica, California
Esta es una de mis fotografías favoritas. La expresión de este niño no necesita más explicación.
São Paulo, Brasil
Me topé con esta escena en la exposición RAIZ del artista y activista Ai Weiwei en el OCA de Ibirapuera. El video que miraban con tanto asombro trataba sobre la crisis de refugiados en Europa y mostraba imágenes realmente emotivas.
Osaka, Japón
Al parecer este pequeño no se decide entre todas las opciones de juguetes que tiene enfrente. Es increíble la cantidad de objetos que podemos encontrar en las máquinas dispensadoras japonesas.
Aguascalientes, México / San Cristóbal de las Casas, México
Dos estampas de felicidad. No hay mejor retrato que el de niños radiantes.
Bogotá, Colombia.
En el hermoso barrio bogotano de La Candelaria, un niño hace la tarea junto a su padre mientras esperan el autobús. Me gusta mucho esta imagen de complicidad.
* De la canción Esos locos bajitos, de Joan Manuel Serrat.
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Texto y fotografías de Sandra Hernández, arquitecta y fotógrafa. Su pasión por el tema urbano y su acontecer cotidiano le ha llevado a explorar el mundo desde estas dos disciplinas cuya práctica está estrechamente ligada: una complementa a la otra.
Cuando no está de viaje trabajando en algún proyecto, divide su tiempo entre las ciudades de Quebec, Canadá y Querétaro, México.
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