En el 2003, Samuel B. Morales emprendió un viaje de Monterrey hasta la Patagonia en motocicleta. Más allá de los kilómetros, se convirtió en una experiencia de introspección que después de años de cuestionamiento resultó en “Al final del pavimento”, la primera novela del escritor.
“Salí desde Monterrey, pasando por el sureste de México, después Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y de ahí volé a Quito, Perú, Chile y Argentina. Un viaje de cinco meses. Fue un trayecto de reconocimiento y aprendizaje y lo que trato de reflejar es justo el espacio de reflexión que genera el viaje”, platicó en entrevista.
Sin embargo, la novela no llegó hasta después de 15 años, pues cuestionaba que tanto valdría la pena contar esta historia, convertirlo algo más que un tributo al yo.
“Siempre tuve esa duda de convertirlo en novela porque no es un asunto de ego, sino lo que a mí me interesa contar es la introspección que uno hace (…) pregunté en verdad hay algo que se puede contar de esto y como no convertirlo en un tributo al yo y como convertirlo en una novela en donde todos nosotros podemos ser viajeros, si hay algo que yo diría es que todos descubramos esa posibilidad del viaje. Como humanos tenemos muchas experiencias en común. Uno al final cunado va avanzando te vas encontrando con aventureros de verdad”, refirió.
En ese sentido, más allá que ser una bitácora de viaje lineal o cronológico por los diferentes países; “Al final del pavimento”, es un viaje por las emociones que genera en cada uno de los capítulos: libertad, angustia, descubrimiento, terror, despegue, huida, ensueño y magia. Mientras que una segunda parte está enfocada a una residencia en Oaxaca y la duda sobre una creación de la novela.
“No es una novela lineal, sino que intento jugar con los capítulos y sensaciones que uno encuentra cuando viaja, cada uno tiene nombre que tiene que ver son sentimientos que están en el viaje. En la novela, el casco es el elemento esencial de la individualidad humana, tú te pones tu casco y estás en tu mundo y lo que tienen es un proceso no solo de la carretera, sino todo y siempre estás en toda esa revolución mental. Hilar los sentimientos hasta que llega a Oaxaca y se pregunta si quiere ser escritor. Así o más biográfico. Me gusta compartir esa idea, no me siento dueño de nada, solo compartir la experiencia y la riqueza de lo que implica salirnos de nuestra burbuja”, añadió.
Escritor desde hace 15 años, Samuel ha publicado una serie de cuentos en distintos, diarios, así como en su blog, http://andaryego.blogspot.com por lo que “Al final del pavimento” se convierte en un esfuerzo independiente de publicación.
“Cuando tenía la bitácora me acerque a un editor, pero no funcionó, eso fue como un año después. Cuando descubrí que había cosas que habían pasado, sino en el espacio de una vida de siete años de vivir afuera, me di cuenta que había cosas que podían ser contarlas, un espacio de repensarlo, fue ahí que surgieron los personajes. Después de contactar con diferentes editoriales y que te rechazan, surgió la oportunidad de hacerlo independiente”, destacó.
Es por eso que “Al final del pavimento” está disponible a través de Amazon.
