Cuando hablamos de chutería gourmet por supuesto nuestra mente vuela a los jamones conocidos como serranos, y vivir la experiencia de degustarlos es una explosión de sabores en el paladar. Pero hay una diferencia entre serranos que procede del cerdo blanco y jamón ibérico nativo de puercos de raza ibérica autóctona y que no se crían en ningún otro lugar del mundo.
Juan Andrés Torres landa, experto en el tema cuenta que la crianza, el salado, secado y la maduración de los jamones curados, es un patrimonio culinario de España perfeccionado a través de los siglos, que revela sus secretos al paladar en cada loncha.
Son tres formas las que puede tomar la proteína de cerdo curada con sal: cubitos, virutas, que son las porciones más finamente picadas; y las emblemáticas lonchas, las cuáles son cortadas manualmente, con un filoso pero flexible cuchillo jamonero que el maestro cortador cuida con recelo durante más de dos años, tiempo que puede tomar el corte de 200 patas, hasta ser considerado apto en el oficio, como lo explica Román Elizalde, también líder en el tema.
Y aunque en el viejo continente es donde más abunda este alimento, en Querétaro ya podemos degustar de estos increíbles y suculentos manjares hasta donde la prestigiada firma Enrique Tomás ha llegado para deleite de los amantes de la buena cocina.