/ viernes 18 de noviembre de 2022

Empacados al vacío: ensayos sobre nada

#RecomendacionesPerras

Confundo los libros y los hombres. Tengo amigos que prefieren leer a hacer el amor. Leer es su manera de amar. Tengo muchos libros sin leer. No he leído ni la décima parte de lo que quiero leer. Tantos hombres allá fuera. Están solos en los bares, los hombres van en pareja al museo o al café. El amor es un discurso complejo. Un libro difícil. De final abierto. Posmoderno. Se requiere de un narrador omnisciente que venga y diga qué pasó cuando las cosas se rompan. El amor es un libro mal encuadernado.

Brenda Ríos

Brenda Ríos nació en Acapulco, Guerrero, en 1975. Ahí se volvió una lectora compulsiva gracias a su madre y sus tías a quienes les robaba las novelas románticas de los puestos de periódicos que intercambiaban y compartían entre ellas, así como los libros vaqueros de su padre. Brenda leía todo lo que llegaba a su casa, leía prestado y gracias a eso aprendió a leer cosas buenas y malas.

Más adelante, descubrió que prefería las letras antes que las imágenes, así que cuando su madre le daba dinero para historietas, ella lo invertía en libros más contundentes para durar más tiempo leyendo. Su obsesión por la lectura era tal, que se aprendió el libro de Español de la SEP de memoria, y descubrió que listaba los peores poemas de los mejores poetas. A pesar de su amor hacia los libros, su relación con ellos era lejana, puesto que en Acapulco no había tantas librerías o bibliotecas disponibles. Uno de los pocos libros propios que tuvo en su juventud fue uno de Carlos Fuentes, el cual pidió de regalo mientras cursaba la preparatoria.

En 1998 se mudó a la Ciudad de México donde comenzó a escribir ensayos para su clase de Filosofía y Letras, un día decidió mandar uno de esos ensayos para aplicar a la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas y resultó seleccionada dentro de los 900 aplicantes; así fue cómo inició su relación formal con el lenguaje.

Brenda es Maestra en Letras Latinoamericanas por la UNAM; ha sido merecedora de varios premios, entre ellos el Premio Estatal María Luisa Ocampo 2018 por La luz artificial de las cosas y tiene muchos libros en su haber, un par de ellos los obtuvo de manuscritos que hizo mientras hacia su tesis y que almacenaba en un folder llamado Lo que sale mientras no sale la tesis. En sus obras podemos ver cómo experimenta con los géneros, cómo reflexiona acerca de la búsqueda existencial de la vida de rutina, o cómo homenajea a creadoras que de una u otra manera han logrado transponer muchas reglas y convenciones. A Ríos le gusta imaginar que la realidad es de ella pero también de otros.

“¿Por qué nos conmueve tanto un personaje sino existe? Pues eso es la literatura”, dice Brenda

Entre sus libros más recientes están Ensayo (UNAM, 2020) y Raras. Ensayos sobre el amor, lo femenino, la voluntad creadora (Turner, 2019). También es autora de Las canciones pop hacen pop en mí. Ensayos sobre lo cotidiano, lo ridículo, lo superfluo y Empacados al vacío. Ensayos sobre nada (2013).

Hay hombres que hablan como si se les cayeran las hojas. Hay hombres que desgastan sus palabras en el primer capítulo. Hay hombres antiguos y valiosos que nunca salen del estante. Son maravillosos y nadie los conoce. Hay hombres vulgares, autosuficientes, solo hablan de sí mismos y tienen dinero en el banco. Tienen poder de masas. Hay libros que se leen en el metro y otros en casa. El amor es un libro mal traducido sin notas al pie; el editor tenía con el autor un celo mal disfrazado

Confundo los libros y los hombres. Tengo amigos que prefieren leer a hacer el amor. Leer es su manera de amar. Tengo muchos libros sin leer. No he leído ni la décima parte de lo que quiero leer. Tantos hombres allá fuera. Están solos en los bares, los hombres van en pareja al museo o al café. El amor es un discurso complejo. Un libro difícil. De final abierto. Posmoderno. Se requiere de un narrador omnisciente que venga y diga qué pasó cuando las cosas se rompan. El amor es un libro mal encuadernado.

Brenda Ríos

Brenda Ríos nació en Acapulco, Guerrero, en 1975. Ahí se volvió una lectora compulsiva gracias a su madre y sus tías a quienes les robaba las novelas románticas de los puestos de periódicos que intercambiaban y compartían entre ellas, así como los libros vaqueros de su padre. Brenda leía todo lo que llegaba a su casa, leía prestado y gracias a eso aprendió a leer cosas buenas y malas.

Más adelante, descubrió que prefería las letras antes que las imágenes, así que cuando su madre le daba dinero para historietas, ella lo invertía en libros más contundentes para durar más tiempo leyendo. Su obsesión por la lectura era tal, que se aprendió el libro de Español de la SEP de memoria, y descubrió que listaba los peores poemas de los mejores poetas. A pesar de su amor hacia los libros, su relación con ellos era lejana, puesto que en Acapulco no había tantas librerías o bibliotecas disponibles. Uno de los pocos libros propios que tuvo en su juventud fue uno de Carlos Fuentes, el cual pidió de regalo mientras cursaba la preparatoria.

En 1998 se mudó a la Ciudad de México donde comenzó a escribir ensayos para su clase de Filosofía y Letras, un día decidió mandar uno de esos ensayos para aplicar a la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas y resultó seleccionada dentro de los 900 aplicantes; así fue cómo inició su relación formal con el lenguaje.

Brenda es Maestra en Letras Latinoamericanas por la UNAM; ha sido merecedora de varios premios, entre ellos el Premio Estatal María Luisa Ocampo 2018 por La luz artificial de las cosas y tiene muchos libros en su haber, un par de ellos los obtuvo de manuscritos que hizo mientras hacia su tesis y que almacenaba en un folder llamado Lo que sale mientras no sale la tesis. En sus obras podemos ver cómo experimenta con los géneros, cómo reflexiona acerca de la búsqueda existencial de la vida de rutina, o cómo homenajea a creadoras que de una u otra manera han logrado transponer muchas reglas y convenciones. A Ríos le gusta imaginar que la realidad es de ella pero también de otros.

“¿Por qué nos conmueve tanto un personaje sino existe? Pues eso es la literatura”, dice Brenda

Entre sus libros más recientes están Ensayo (UNAM, 2020) y Raras. Ensayos sobre el amor, lo femenino, la voluntad creadora (Turner, 2019). También es autora de Las canciones pop hacen pop en mí. Ensayos sobre lo cotidiano, lo ridículo, lo superfluo y Empacados al vacío. Ensayos sobre nada (2013).

Hay hombres que hablan como si se les cayeran las hojas. Hay hombres que desgastan sus palabras en el primer capítulo. Hay hombres antiguos y valiosos que nunca salen del estante. Son maravillosos y nadie los conoce. Hay hombres vulgares, autosuficientes, solo hablan de sí mismos y tienen dinero en el banco. Tienen poder de masas. Hay libros que se leen en el metro y otros en casa. El amor es un libro mal traducido sin notas al pie; el editor tenía con el autor un celo mal disfrazado

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