Resuelve el misterio de “Bicéfalo” desde las butacas

Sabandijas de Palacio ha regresado al Museo de la Ciudad con una obra sobre un terrible asesinato, que permanecerá en cartelera este mes para que el público pueda atar los cabos sueltos

Donna Oliveros | Diario de Querétaro

  · sábado 12 de febrero de 2022

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

A la orilla de una carretera desolada, se encuentra un misterioso restaurante en decadencia al que los comensales no vuelven jamás. Un día llega al lugar Vinzo, un tímido ornitólogo que pese a la hostilidad de la propietaria, Noria, regresa todos los días y logra ganarse su confianza. La mujer se encuentra sumida en una profunda tristeza y desesperación por descubrir quién ha asesinado a su hermana, y será capaz de hacer cualquier cosa para descubrirlo.

Esta historia se relata en Bicéfalo, una obra de corte policiaco escrita por Mariana Hartasánchez, que ha llegado al Museo de la Ciudad para que el público pueda atar cabos sobre este escalofriante caso.

Quienes asistan serán sorprendidos por una escenografía minimalista y monocromática que recuerda al género cinematográfico film noir con sus claroscuros e iluminación tenebrosa, que permite mantener la tensión dramática durante 90 minutos.

Habrá funciones todos los jueves, viernes y sábados de febrero a las 20:30 horas, y domingos a las 19:00 horas.

El costo es de 250 pesos por persona, y de 150 pesos para INAPAM, maestros y estudiantes con credencial vigente.

Para más información, ver en: https://www.sabandijasdepalacio.com/ o en la página oficial de Facebook: @sabandijas-de-palacio.

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

Un proyecto teatral “policéfalo”

Bicéfalo es un proyecto teatral de Sabandijas de Palacio que fue impulsado en colaboración de la Compañía Nacional de Teatro a través del programa En Compañía de la Compañía.

La obra se estrenó en 2021 en la Sala Héctor Mendoza (Ciudad de México), bajo la dirección de Guillermo Heras y las actuaciones de Mariana Hartasánchez, Amanda Schmelz, Antonio Rojas y Austin Morgan.

Son dos elencos, con un mismo texto, quienes dan vida a Noria y Vinzo, lo que hace de esta obra un proyecto “bicéfalo, cuatricéfalo, policéfalo”, dice Hartasánchez entre risas, refiriéndose también a la suma creativa de Haydée Boetto, Julio Gándara y Claudio Irrera (adaptación musical e interpretación), Fernando Flores (diseño de escenografía e iluminación), Leticia Méndez (diseño de vestuario), Raúl Zambrano (música original), Ismael Gimate (diseño multimedia), Francisco Bahena (diseño de títeres y asistencia de dirección) y Pako Granados (asistencia de dirección y producción).

Lo que resultó de este trabajo colaborativo, fue una historia de suspenso con un final impredecible, cargada además de una comicidad corrosiva en la que nada es lo que parece.

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

“La estructura policiaca me gusta desde hace mucho tiempo, pero le tenía un poco de miedo y respeto porque es necesario que uno vaya sembrando a lo largo de la obra ciertas pistas que el espectador pueda seguir y al final, aunque sea inesperado, sientan que fue lógico y coherente”, explica Hartasánchez.

Sobre Bicéfalo, detalla que le interesaba que el personaje femenino tuviera características que normalmente se le atribuyen a los hombres, y viceversa, para darle una vuelta de tuerca al imaginario social que existe en torno a la idea de “víctima” y “victimario”.

Más allá de buscar al “bueno” o el “malo” de la historia, la idea es que se reflexione sobre la violencia sistémica, “que nos demos cuenta de que todos somos copartícipes de la violencia (…) y que hay situaciones que se generan a partir de la culpa y las frustraciones; sin embargo, no quería que la obra fuera didáctica, sino que presentara personajes complejos en una situación humana, en un encuentro difícil a nivel ético y que no se pudiera juzgar desde la moral”.

“¿Y por qué Bicéfalo?”, pregunta su interlocutora sobre el título del proyecto.

–“La obra tiene que ver con el pasado que tratamos de esconder pero que nos persigue de todas maneras, siento que la consciencia es como otra cabeza que nos habla; uno tiene que tener mucho valor para confrontar esa otra parte, una muy oscura, todos tenemos un abismo interior terrible (…) En ese sentido, la obra es un poco onírica, hay un poco de realismo mágico y elementos metafóricos que nos ayudan a hablar de la conciencia, del abismo propio y de que no es tan fácil decir que uno es `bueno´”.

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro