Con un escenario minimalista y un ambiente oscuro, solitario y devastador, la obra Vértigo para hombre y rata llegó a su función número 317, en lo que también es su 39 aniversario. La puesta en escena se llevó a cabo en el Centro Cultural El Árbol, en el Centro Histórico de Querétaro.
Fue en 1983 cuando esta obra –que es una adaptación del monólogo de Gilberto Pinto– se presentó por primera vez en Guanajuato; desde entonces el dramaturgo Javier Velázquez Jiménez se ha encargado de dirigir y estelarizar esta historia sobre un hombre enloquecido por los conflictos sociales, políticos, económicos e incluso digitales que aquejan a la sociedad moderna.
El argumento central de la obra, es el de un hombre que alucina con una pequeña rata que crece de manera vertiginosa hasta hacer estallar el techo de su recamara; esta misma rata gigante que se apodera de la ciudad y aterroriza a los habitantes, es símbolo del horror y de todos los problemas del hombre: guerras, enfermedad, hambruna y una descontrolada actividad digital que ha penetrado en todos los rincones de la humanidad.
“A pesar de que la hipermodernidad te dice no hay salida, que el mundo está perdido, que el mundo huela a cadáver y que el mundo y México han sido convertido en una matraca de sangre que retumba todo el día... el personaje no cierra los ojos ante la realidad y la tragedia, sino que los mantiene abiertos y no deja de soñar”, explicó el director sobre el personaje, en una entrevista anterior.
Casi al final de la obra, los ciudadanos, hartos de esconderse de la rata gigante, se organizan para destruir al feroz animal y con palos, machetes, piedras y cuchillos terminan con esa época de horror. Pero a esa acción le sigue una angustiante pregunta, ¿Está México realmente libre del horror? ¿o todavía huele a muerte y a cadáveres?
Este monólogo que pasa de los gritos estremecedores a los susurros casi inaudibles, ha tenido múltiples transformaciones a lo largo de las casi cuatro décadas de llevarla a los escenarios, pues se busca aterrizar la historia al escenario actual.
En su versión más reciente, por ejemplo, Javier Velázquez –en su papel de Ismael Peraza–, hace referencia a la contingencia sanitaria por Covid-19, situación que no sólo ha generado miles de muertes en el mundo, sino que también ha desencadenado una ola de afectaciones económicas, laborales y sociales.
Pero quizá la transformación más importante realizada hasta ahora es la musicalización en vivo a cargo de Ernesto Martínez, quien interviene en la obra con múltiples efectos de sonido y musicalización desde el año 2004.
Cabe señalar que el compositor de música contemporánea ya ha trabajado con Velázquez en 25 obras de Navíos Teatro Contemporáneo, compañía que dirige Javier.
Durante los 39 años de Vértigo para hombre y rata, la obra se ha presentado en distintos foros de Querétaro como el Centro Integral de Medios de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Querétaro; en el Museo de la Ciudad, Cómicos de la Legua, en el Auditorio Esperanza Cabrera, el Centro de Arte Bernardo Quintana, el Teatro de la República, entre otros.
Fuera del estado se ha presentado en el Forum-Crea de Irapuato; el Teatro Principal de la Universidad de Guanajuato, así como en múltiples festivales, muestras, congresos y encuentros de teatro nacionales e internacionales.