A 300 años de que los dominicos trajeran la imagen de la Virgen de los Dolores a Querétaro, el Patronato de las Fiestas del Estado inauguró una exposición fotográfica en la galería perimetral de la Alameda.
“¡A mi madre de la tierra que me enseñó a amar a mi madre del cielo!” es el nombre de esta muestra compuesta por más de 100 fotografías, en las que además de mostrarse los parajes y calles que los peregrinos recorren como parte de su culto, se incluyen imágenes de reliquias, pinturas y exvotos, así como de los mismos fieles, quienes motivados por su fe, cada viernes de Dolores caminan desde Querétaro –así como desde otros municipios y estados aledaños– hacia Colón, para rendirle culto a esta virgen en la basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano.
Además de esta selección fotográfica, en la exposición se han incluido dos piezas de arte en repujado elaboradas por un interno del Centro de Readaptación Social Varonil de Querétaro; su participación es el resultado del trabajo interinstitucional que el Patronato ha impulsado junto con los Ceresos en el estado, siendo “Vistiendo a la moda de la constitución” (2016), uno de los primeros proyectos concretados.
Medio siglo como patrona de Querétaro
Además de esta exposición fotográfica, el Patronato de las Fiestas creó un catálogo que reúne la historia y la trascendencia cultural y estética de esta imagen.
Desde la historia, la paleografía y el periodismo se hizo la aproximación a este fenómeno, documentado también por las lentes de los fotógrafos queretanos Gerardo Pedraza, Rob Harp y Demian Chávez.
Durante el recorrido, los paseantes podrán adentrarse a la historia de esta imagen, con la que los misioneros dominicos se abrieron paso en la Sierra Gorda queretana para evangelizar.
“Se conoce que la imagen llegó a Zimapán a finales del siglo XVII, pero por diferencias en esa zona, la llevaron a la misión dominica de Maconí, comunidad enclavada en la Sierra del municipio de Cadereyta de Montes, lugar donde la historia devela que la misión fue atacada por indios pames de la zona e incendiada la construcción, que sepultó la imagen de la virgen”, se lee en el catálogo de la muestra, en el que también se afirma, la imagen fue encontrada y rescatada de los escombros en 1714, y llevada a Soriano, donde desde entonces es adorada por los fieles.