Bendicen las palmas cientos de católicos

Minutos antes del mediodía las campanas de los templos empiezan a sonar, resuenan por las calles del centro

por Alejandro Payán Vázquez

  · lunes 15 de abril de 2019

La procesión del templo de Santa Clara hacia la Catedral.

Minutos antes del mediodía las campanas de los templos empiezan a sonar, resuenan por las calles del centro, el olor a incienso cubre el ambiente mientras cientos de personas con su ramo en mano anuncian el inicio de la procesión.

Al interior de la sacristía un monaguillo sopla y le pide ayuda a otro para que terminen de encender el incienso, está nervioso, es su primera procesión, no deja de mover, agitar y balancear el incensario, al final empieza a echar humo y el alma le vuelve al cuerpo.

Los 12 apósteles se hacen los últimos arreglos con sus túnicas de color listas y planchadas, encabezarán la marcha que, según la escritura, abre camino para la recepción gloriosa de quien en cinco días será juzgado y crucificado por este mismo pueblo.

Desde cinco pesos, los más pequeños a 20 el ramo promedio y 45 los más elaborados con una cruz y la estampa de algún santo, las vendedoras llaman a los creyentes a llevar su palma.

Urgió a buscar a Dios en los corazones. Foto: Martín Venegas

Esta ceremonia tiene dos momentos: la lectura de la pasión y en segundo la procesión con las palmas en la lectura de la pasión miramos el camino de Jesús para seguir el plan de Dios que es de descenso, de humillación y la resurrección.

La procesión empieza, los ramos de palma verdes inundan las afueras de los templos, la bendición de las palmas es el simbolismo de dar la bienvenida a Jesús, la entrada triunfal a Jerusalén en medio de una multitud que lo aclama como el Mesías.

LA SECRETARÍA de Salud trabaja en acciones en favor de los peregrinos. Foto: Archivo Diario de Querétaro

Las vendedoras, originarias en su mayoría de Amealco aprovechan este día para lograr un ingreso extra, poco de lo que se puede permitir para rescatar un poco de ingresos en esta temporada.

Muchos curiosos también entran al templo, les llama la atención el número de feligreses que se preparan a iniciar la procesión que va de Santa Clara a la Catedral y toman rumbo.

Al final del contingente el obispo Faustino Armendáriz canta, sonríe a todos los que le saludan mientras el coro entona alabanzas a lo largo de apenas una calle cientos de creyentes inician el corto pero significativo trayecto.

“En otros años había más gente”, afirma una mujer que sentada ve pasar el contingente, no sin antes persignarse ante el Obispo “hay me cachó en el chisme”, le comenta su compañera.

“Hosanna, hosanna, en el cielo, hosanna en las alturas”, son los cantos que acompañados de guitarras y música, cientos de jóvenes corean para abrir camino hacia la Catedral.

Al final todos entran al empezar la ceremonia el llamado siempre es el mismo, el inicio de la Semana Mayor, más importante que la Natividad, nos recuerda la pasión y muerte de Cristo por los pecados del mundo, la reflexión y el silencio son ejemplo claro de lo que cada uno debe ofrecer para redimir los pecados.