El 99.1 por ciento de las escuelas del estado de Querétaro vende comida chatarra, de acuerdo con información publicada en línea a través de Mi Escuela Saludable, la cual indica que en el último reporte correspondiente al período 2022-2023 se obtuvieron 333 quejas, además de haber 217 escuelas reportadas por esa causa.
El reporte establece que el 76.6 por ciento de los planteles escolares de la entidad tiene refrescos a la venta. Mientras que otro de los datos arrojados por el organismo es que el 67 por ciento de las escuelas no vende frutas ni verduras.
Lo anterior tiene que ver con que el 86.5 por ciento de los planteles escolares en el estado de Querétaro no cuenta con un comité que vigile la prohibición de la venta de comida chatarra, aunado a que el 73.3 por ciento no tiene bebederos de agua.
De acuerdo con la institución que realizó el sondeo sobre las condiciones alimenticias de lo que se trata es mostrar el cumplimiento de la ley de alimentos y bebidas, permitidos y no permitidos, en las escuelas primarias y secundarias de México, estudio realizado desde el ciclo 2014-2015.
El último reporte anterior al mostrado fue el de 2018-2019, debido a que en los consecuentes no se aplicó debido a la pandemia. En ese período en mención el estado de Querétaro arrojó un resultado similar, ya que el 99.0 por ciento de las escuelas ofrecieron en venta comida chatarra.
Se recibieron 578 reportes por esta razón y hubo inconformidades en contra de 338 planteles escolares, entre de primaria y secundaria.
En la venta de refrescos el dato fue del 76.3 por ciento, casi igual que el de 2022-2023. Las escuelas que no ofrecieron frutas y verduras a los alumnos para su alimentación fueron el 64.5 por ciento.
Con relación a la falta de un comité encargado de vigilar la prohibición de la venta de comida chatarra, el 89.8 por ciento no lo tenía considerado, mientras que el 60.0 por ciento no contaba con bebederos de agua. Esto último marcó una diferencia marcada, ya que en 2022-2023 era el 73.3 por ciento.
Más atrás, en 2017-2018, la situación se había disparado el 100 por ciento; es decir, todas las escuelas vendían comida chatarra, en tanto que el número de reportes recibidos fue solamente de 45 en tanto que los planteles sobre los cuales se presentó alguna inconformidad fueron solamente 27.
La venta de refrescos fue que el 66.7 por ciento los ofrecía, el 60 por ciento no tenía en exhibición frutas y verduras, el 51.1 por ciento carecía de bebederos de agua y casi la totalidad, el 97.8 por ciento no tenía conformado un comité de vigilancia sobre la prohibición en la venta de comida chatarra.
Los efectos por el consumo
El estudio de Mi Escuela Saludable revela que en un día escolar se obtuvieron mil 711 residuos contaminantes, en donde se incluye que por alumnos se consumieron 550 calorías de comida chatarra durante la jornada escolar. El 55 por ciento eran de botanas dulces y saladas, galletas, lácteos con azúcar añadida y bebidas azucaradas.
Además, los productos contenían colorantes asociados con hiperactividad y déficit de atención, así como aditivos relacionados con el desarrollo de obesidad, diabetes, hipertensión e hígado graso.
En octubre pasado, en la semana de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, las organizaciones civiles El Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), se pronunciaron por lo que consideraron una inacción de las entidades federativas para brindar espacios de protección infantil como lo es una escuela saludable, en donde se garantice el bienestar presente y futuro de la niñez y los adolescentes.
Modificaciones a la Ley
En diciembre pasado, la Cámara de Diputados votó a favor de la prohibición de vender comida chatarra a menores de edad en escuelas públicas y privadas de educación básica.
De acuerdo con la publicación, el dictamen aprobado quedó reformado el Artículo 50 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para señalar que los menores tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud.
Por lo anterior, se debe combatir la desnutrición crónica y aguda, sobrepeso y obesidad así como otros trastornos de conducta alimentaria. Se indica que en ese sentido, el dictamen establece que la esencia de la reforma es combatir la desnutrición, por lo cual debe prohibir por cualquier medio la distribución gratuita, venta y suministro de bebidas azucaradas, así como alimentos envasados con alto contenido calórico a menores de edad en las instituciones educativas de nivel básico públicas y privadas.
También se considera prohibir la venta a través de distribuidores automáticos o máquinas expendedoras de estos productos al interior de dichas instituciones.
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Algunos factores que influyen en el incumplimiento de la regulación:
Desinformación sobre una alimentación adecuada
Falta de recursos destinados a las escuelas primarias
Industria alimentaria provee a las escuelas de productos
Docentes no se consideran clave en los hábitos alimenticios
El 62% de los alumnos no desayuna diario
Escasos recursos económicos en las familias