Don David tiene 73 años y trabaja como “franelero” en el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro. Nunca descansa, por lo que este domingo que es Día del Padre hará lo mismo para poder llevar algo de dinero a su casa.
Asegura llevar 15 años en este oficio y que también trabajó más de 30 años como taxista en esta ciudad a la cual la ha tocado ver crecer desde cuando la mayoría de sus calles eran empedradas.
“Tengo seis hijos, pero ya están casados la mayoría; tres de ellos viven en la Ciudad de México y los veo cada que vienen a visitarnos”, comenta.
El señor Luis dice haber crecido en el Cerrito, muy cerca de San Francisquito, pero ahora tiene su domicilio en la popular colonia Bolaños.
“Creo que aunque sea vamos a comer un taquito, o para lo que alcance”, refiere el señor David, quien argumenta ser de los pocos originarios de Querétaro.
Además de enfrentar las inclemencias del clima, comparte que en ocasiones hay automovilistas que no le dan un peso a pesar de que le dejan encargado su vehículo.
Expresa que hay muchas personas que no lo saben, pero tiene un hijo de 22 años con Síndrome de Down del que tiene que hacerse cargo.
Afirma que es pesado trabajar ahora con las altas temperaturas que se han registrado en los últimos días, pero debe seguir en su trabajo.
El caso es que este domingo, con todo y que es el Día del Padre, don David menciona que saldrá a trabajar como “franelero”, oficio que, argumenta, cada vez le da menos ganancias.
“Hace unos años me llevaba hasta unos 500 pesos, pero ahora apenas unos 150 y cuando me va bien me llevo 200 pesos”, indica.
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Procura portar unos guaraches para estar más cómodo, al señalar que de esa manera se cansa menos, porque trabaja de las diez de la mañana hasta las siete y media de la tarde-noche.
