José Guadalupe Juárez Ibarra, de San Rafael, El Marqués, inició su camino peregrino cuando por invitación decidió acudir a pie al Tepeyac; sin embargo, tuvo un accidente que lo dejó renco en aquella ocasión, por lo que sus compañeros pensaron que ya no iba a volver.
25 años después recibió su medalla por los años caminados con una conmemoración particular, pues de nueva cuenta tuvo un accidente en la Sierra queretana donde se lastimó la rodilla, por lo que ha caminado con muleta en mano.
"Todo ha sido significativo desde que peregriné en 1996. El primer año venía renco, que unos hermanos me comentaban que no iba a volver, porque iba bien mal, pues llegué con el pie arrastrando", explicó.
Pese a esto, la fe lo hizo regresar continuamente desde entonces; él trabaja como intendente en un Colegio de Bachilleres de El Marqués, además de la albañilería, por lo que el trabajo físico es la constante.
"Mi rodilla fallaba y aun así decidí venir; después mis hermanos me decían que no lo creían y sorpresa, hoy cumplo 25 años. Mi manda es mi familia, mis hijos, mi esposa".
Por ello, la curiosa forma en que en estos 25 años volvió a lastimarse cobra más sentido, pues aseguró que piensa terminar este recorrido y seguir volviendo la veces que sean necesarias. Tuvo una caída en la salida de la Sierra hacia Ciudad de México.
"Me caí, me resbalé y me pegué en la rodilla; por indicación médica me frenaron tres días, que no caminara, y al cuarto volveré; ya me revisó la Cruz Roja. Gracias a mis hermanos peregrinos de la Sierra, porque gracias a ellos me compraron la muleta que tengo".
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Finalmente, mandó un saludo a toda la comunidad peregrina, de quienes, dijo, ha recibido todo el apoyo en los 25 años que lleva, invitándoles a no rendirse, como lo prueba esa necedad de caminar con las piernas lastimadas, con la fe por delante.