Ante el incremento de delitos por abuso sexual contra las mujeres en Querétaro, las autoridades e instituciones no suelen entender la magnitud de la problemática, pues es común que se revictimice a quienes acuden a denunciar, por lo que se requiere que estas instancias cuenten con perspectiva de género; así lo aseguró Laura Santos, directora de Investigación y Litigio en el Colectivo de Litigio Estratégico e Investigación en Derechos Humanos (CLEIDH).
"Es evidente que a la hora de las entrevistas en Fiscalía, el trato que se les llega a dar a las víctimas es minimizando las violencias, no entendiendo la magnitud de lo que puede representar, por ejemplo, la violencia psicológica, porque no les resulta grave, como el de una mujer que presente hematomas, cuando ambos son indicadores de violencia, y esto suele abonar a la revictimización y a la violencia institucional", indicó.
En ese sentido, Laura Santos, quien ha acompañado a víctimas de violencia de género desde el ámbito jurídico, refirió que hay un desconocimiento de las instancias legales sobre este fenómeno en contra de las mujeres, cuyos indicadores, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, registraron un incremento del 14.3% en abuso sexual y de 36.4% de violación equipara de 2020 a 2021.
"Esto también deriva en que no se brinden las medidas de protección suficientes y necesarias para salvaguardar la integridad y vida de la víctimas de abuso y violación. Además, la perspectiva de género es un instrumento que nace en el Poder judicial y a partir de ahí se trata de institucionalizarse, es decir, que esté presente en las instituciones, pero no es aún una realidad concreta en Querétaro", señaló.
Añadió que las autoridades deben cuestionar su actuar frente a esta problemática, de la que dijo es evidente y cuyos casos en estadística muestran un alza, lo que hace necesario trabajar al respecto y generar programas o políticas públicas que permitan su minoración, sobre todo aquellos enfocados a la prevención de violencia en el estado.
"Pero medidas significativas, porque soluciones como el padrón de agresores no son suficientes ni van a resolver el problema de fondo. Habrá que plantear estos trabajos desde la prevención de violencia contra niñas y mujeres, pues es una violencia muy específica que va hacia la agresión sexual y también hay que plantearnos en cómo las instituciones atienden estos asuntos", reflexionó.
Refirió que Querétaro tiene años estando entre los primeros sitios en el país en este tipo de delitos, cuyo aumento -dijo- podría deberse por la visibilidad e invitación a las denuncias por parte de agrupaciones feministas y de derechos humanos, "y que ahora este tipo de situaciones ya no se pretenden como algo solamente privado, sino que se busca la protección de las instituciones".
"En Querétaro este recurso de la perspectiva de género es un trabajo que se ha construido desde distintos ámbitos, pues muchas de estas dependencias siguen creyendo en los estereoptipos que se tienen sobre los casos, así como la discriminación y los prejuicios de género, que son un reflejo de la violencia social y estructural contra las mujeres, y que se enmarca en un contexto de misoginia que se vive en México", concluyó.
