Que tradición del Gallo sea patrimonio histórico

La Diócesis de Querétaro reconoció la tradición que se realiza en La Cañada y Hércules y exhorta a la legislatura a preservarla

Alejandro Payán | Diario de Querétaro

  · jueves 7 de noviembre de 2019

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

La Diócesis de Querétaro, a través de la Comisión de la Familia en la Legislatura Local solicitó que el Gallo, festejo tradicional de La Cañada y Hércules, sea nombrado Patrimonio Histórico Intangible del Estado de Querétaro.

El vicario general de la diócesis de Querétaro, José Martín Lara Becerril reconoció la tradición y solicitó a través de la presidente de la comisión de la Familia, Elsa Méndez, que se nombre patrimonio este festejo tradicional.

“Es una tradición nacida en el seno de la iglesia católica siempre en la víspera de las grandes fiestas patronales, ciertamente las comunidades de La Cañada y Hércules ha sido de los grandes custodios de la tradición y hoy día poco a poco esta tradición se va extendiendo a más comunidades”.

Al respecto la diputada local, Elsa Méndez, dijo que en la comisión buscan reconocer, proteger y defender que estas tradiciones continúen por la importancia que representan para el estado y sus habitantes.

“Es el reconocimiento a nuestras tradiciones pero también va más allá de lo que significa la unión familiar, siempre en estas fiestas vemos a toda la familia que participa en la realización de los gallos, vemos a niños y jóvenes emocionados por estas fiestas, la familia participa y eso es lo que queremos seguir fortaleciendo desde nuestro lugar como diputados seguir apoyando a estos eventos que unen a la familia”.

El gallo es una víspera que se lleva a cabo para honrar a los patronos, San Pedro y la virgen de Guadalupe en La Cañada y Purísima Concepción en Hércules.

“El gallos no es la figura, sino una peregrinación que llevamos a cabo desde toda la calle para llevar el recorrido en una noche y llegar en la mañana a cantar las mañanitas a los santos patronos”.

Los primeros gallos datan de los años de 1836 a 1845 con la llegada de Cayetano Rubio, quien fue el dueño de la fábrica de Hércules, quienes elaboraron las fiestas para apoyar a las fiestas patronales, donde surgieron gallos y farolas.