Los queretanos consideran que muchos de los anexos del Estadovulneran los derechos humanos de las personas que internan ahí alinfringirles severos castigos que no les ayudan en la recuperaciónde su adicción, tales como el no dejarlos dormir, darles bañoscon agua fría, ponerlos de rodillas sobre fichas, entre otros.
Además señalan que hay personas que son internadas ahí apesar de que no tienen una adicción, por ello piensan que hacenfalta inspecciones sorpresa para verificar cómo trabajan; laminoría señala que conoce a personas que han estado en un anexo yeso les ha ayudado para terminar con su problema.
Luego de que el comisionado del Consejo Estatal Contra lasAdicciones, Guillermo Tamborrel, indicara que la mayoría de losanexos no operan adecuadamente y que hay un exceso en el número deinstancias, DIARIO DE QUERÉTARO consultó con losciudadanos para saber qué es lo que piensan al respecto y cuál hasido su experiencia.
Salomé Hernández, dijo que ella no había escuchado nada alrespecto y hasta ahora pensaba que era una buena alternativa,pero considera que hace falta una regulación para ver si haycontrol y si se ayuda a las personas que internan ahí.
Alejandro y Érica López indicaron que han escuchado de lasmalas condiciones en las que operan algunos anexos, pero ellosconocen a alguien que estuvo en uno y no se quejó, dijo que suestancia era buena y se quedó más tiempo del que debía.
Luis Alfredo Rodríguez, indicó “Han estado varios tíos enanexos y han salido muy bien , sí han dicho que los tratan muy malpara quitarles las drogas poco a poco, en los primeros días no losdejan ver as u familia, pero dicen que lo más correcto es nosacarlos de ahí, ya que es una ayuda para ellos”.
Félix Sandoval, expresó “Hay veces que sí los tratan mal,que los tratan con malas palabras o les dicen cosas y los amuelanpsicológicamente, me han comentado que a los alcohólicos tambiénles pasa”.
Mauro Suárez Hernández, refirió “Sí, los tratan muy mal,les ponen castigos muy severos, luego no duermen en toda la noche,los castigan, los hincan y les ponen fichas en las rodillas, estámal, eso no me gusta”.
María José, expresó que ella no conoce a nadie que hayaestado en un anexo y no sabe cuáles son las condiciones en lasque operan.
Tizoc Muñoz e Hilda García indicaron “No conocemos aalguien, hemos escuchado que tienen gente que no tiene que estarahí, hay gente que por su preferencia sexual la metieron ahí y nose me hace raro por el mal manejo que se hace de los criterios parausar esas instituciones, pero no me consta”.
Armando Martínez, dijo “Son muy malos, son muy pocos los queestán regulados y ahí ponen castigos y les dan comida malísima,tuve un pariente ahí y sé que es malo, lucran con la necesidad delas familias; los levantan muy temprano, los bañan con agua fría,les dan comida que ni los perros se la comen, a mí me platicó unpariente y cree que es lo peor que puede haber”.
Piensa que es necesario que el gobierno los regule y los chequeen visitas no programadas para ver cómo manejan sus servicios.
Rufina Reséndiz, dijo que ella sabe cómo son los anexos por experiencias de otros, se trata de lugares deplorables, pues losque han estado ahí dicen que es mejor la cárcel que estar en unanexo.
Francisco Salinas, señaló que él conoce a varias personas queestuvieron en un anexo y aseguran que el trato en estos lugares esde lo peor, pues abusan de la autoridad que tienen sin implementarun método eficiente para ayudarlos con sus problemas, no obstante,también sabe de otros casos en los que el anexo ha ayudado a laspersonas a superar su adicción.
