Nos gustaría que se convirtieran en decisiones vinculatorias todas aquellas que tienen que ver con mejores condiciones para la vida y la salud de todos los mexicanos.

Hoy los bolsillos de muchos ciudadanos se encuentran dañados por innumerables gastos que han debido realizar para salvar a sus seres queridos o a sí mismos de una muerte segura.

La causa es clara: el gobierno ha roto el sistema de salud. Para muestra, las siguientes realidades:

1. La incumplida promesa presidencial de destinar 1 punto adicional del PIB a Salud.

2. El recorte presupuestal de más de 20 mil millones de pesos en escasos dos años y en plena pandemia.

3. El incremento del 40 por ciento del gasto familiar en salud (datos de INEGI).

4. El irresuelto problema de los medicamentos para pacientes con cáncer, especialmente ( no únicamente) los de los niños.

5. Lo nocivo de suplir, con cargo a la maltrecha economía familiar, las ineficiencias del sector público.

6. El regresivo efecto de la desaparición del Seguro Popular.

7. Políticas aplicadas en el sector que adolecen de la evaluación necesaria.

8. Adjudicaciones directas a proveedores que no tienen capacidad de cumplir cabalmente los respectivos contratos.

9. Seleccionar en licitaciones las ofertas más altas ( leyó bien), con cientos de millones de pesos de diferencia, dañando aún más los reducidos presupuestos.

10. El despropósito de aumentar las medidas de austeridad.

11. Los desastrosos resultados de una pretendida compra consolidada de medicamentos que se encargó a quienes nada sabían ( no siempre la honestidad suple a la ineficiencia).

12. La inexistente oficina que se encargaría de distribuir -paso insustituible- los medicamentos.

13. Los médicos y enfermeras que trabajan bajo protesta pues carecen de los insumos necesarios.

14. La hueca promesa de un sistema de salud como el de Dinamarca.

15. El deficiente manejo de la pandemia.

16. La inevitable y triste realidad de las muertes que se pudieron evitar.

17. La creciente indignación por el desabasto de medicinas.

18. La encriptada información de las vacunas.

19. Los desconocidos resultados de las gestiones de la UNOPS.

20. El perjuicio severo de quienes menos tienen en medio de un gobierno que les asegura son su prioridad.

Sume usted a lo anterior las tercas ganas de no rectificar.