Naciones Unidas dijo el miércoles de que Etiopía retiene a 72 conductores del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en una ciudad del norte, sobre la única carretera para entregar la ayuda a la región de Tigré, asolada por la guerra y la hambruna.
Las detenciones se producen un día después del arresto de personal etíope de la ONU, en medio de esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto que opone desde hace un años a los rebeldes tigrenses y a las fuerzas progubernamentales.
"Confirmamos que 72 conductores contratados por el PMA están retenidos en Semera. Estamos en contacto con el gobierno etíope para comprender las razones de su detención", dijo un portavoz de la ONU.
"Estamos pidiendo al gobierno garantizar su seguridad y la plena protección de sus derechos legales y humanos", añadió el portavoz.
El día anterior, 22 funcionarios etíopes de la ONU fueron detenidos tras una redada dirigida contra tigrenses en la capital, Adís Abeba.
Seis de ellos fueron liberados, pero 16 seguían detenidos el martes por la noche, según el portavoz de la organización en Nueva York, Stephane Dujarric.
Las detenciones se producen después de que el gobierno del primer ministro Abiy Ahmed declarara la semana pasada el estado de emergencia ante la amenaza de los combatientes rebeldes de marchar hacia la capital.
Según sus abogados, miles de tigrenses han sido detenidos arbitrariamente desde el anuncio de esa medida, que permite a las autoridades detener sin orden judicial a cualquier persona sospechosa de apoyar a "grupos terroristas".
Aunque se desconoce la etnia de los conductores detenidos en Semera, la ONU ha contratado en el pasado a tigrenses para transportar ayuda a la región, donde varios cientos de miles de personas pasan hambre.
Solo el 15% de la ayuda necesaria ha podido llegar a Tigré, a través de Semera, según las estimaciones de la ONU.
- Abusos en ambos bandos -
La guerra comenzó el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro Abiy Ahmed envió al ejército a Tigré para destituir a las autoridades regionales del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), al que acusó de atacar bases militares.
El Premio Nobel de la Paz 2019 declaró rápidamente la victoria, pero los combatientes del TPLF retomaron la mayor parte de Tigré en junio y luego avanzaron hacia las regiones vecinas de Amhara y Afar, donde se encuentra Semera.
El TPLF, y sus aliados del Ejército de Liberación Oromo (OLA), afirman ahora estar a unos 300 kilómetros al norte de Adís Abeba, habiendo tomado ciudades clave en Amhara.
La guerra, que ha matado a miles de personas y ha desplazado a más de dos millones, ha estado marcada por los abusos de ambos bandos.
El miércoles, Human Rights Watch (HRW) afirmó en un informe que el "asedio efectivo" del gobierno en Tigré está impidiendo que las mujeres víctimas de violaciones accedan a la atención médica.
Basándose en los testimonios de víctimas de entre seis y 80 años, HRW acusa a las partes en conflicto de violencia sexual generalizada y de atacar deliberadamente las instalaciones médicas.
- "Actos despreciables" -
Amnistía Internacional también publicó el miércoles una investigación que afirma que combatientes tigrenses violaron, golpearon y robaron a mujeres en agosto en la ciudad de Nifas Mewcha, en Amhara.
Estos "actos despreciables (...) constituyen crímenes de guerra y potencialmente crímenes de lesa humanidad", dijo la secretaria general de Amnistía, Agnes Callamard.
El TPLF denunció las "conclusiones radicales" de esta investigación, que se llevó a cabo con una "metodología defectuosa" a través de entrevistas de vídeo a distancia.
Si se demuestran estos hechos, "el gobierno de Tigré llevará a los autores ante la justicia", añadió la organización en un comunicado.
Por su parte el gobierno etíope dijo que estos actos "deben ser condenados por todos", afirmando que hay "otros muchos actos inhumanos cometidos en los territorios" controlados por el TPLF