Por: Julio de la Cruz
INSEGURO. Temeroso de ser balconeado en plena campaña de reelección, Guillermo Vega se inventó una forma de seguir teniendo vigilancia en su casa del fraccionamiento San Gil, usando como desde hace 27 meses, recursos públicos de San Juan del Río. La treta consiste en que el vecindario cedió en comodato una patrulla al Municipio y éste pone (sigue poniendo, más bien) a los patrulleros para que vigilen día y noche dentro de un fraccionamiento privado de lujo, de acceso restringido y donde, por cierto, ya cuentan con seguridad privada motorizada. Todo esto en vísperas de que el alcalde pida licencia, dejando serios problemas de inseguridad en colonias no tan exclusivas como la suya.